

The Communion Video
Season 1 Episode 4 | 1h 10m 11sVideo has Closed Captions
Laura and Victor must go to new lengths to find the true culprit.
With Oscar arrested and the Vega family under suspicion, Laura and Victor must go to new lengths to find the true culprit.
Problems playing video? | Closed Captioning Feedback
Problems playing video? | Closed Captioning Feedback

The Communion Video
Season 1 Episode 4 | 1h 10m 11sVideo has Closed Captions
With Oscar arrested and the Vega family under suspicion, Laura and Victor must go to new lengths to find the true culprit.
Problems playing video? | Closed Captioning Feedback
How to Watch Under Suspicion
Under Suspicion is available to stream on pbs.org and the free PBS App, available on iPhone, Apple TV, Android TV, Android smartphones, Amazon Fire TV, Amazon Fire Tablet, Roku, Samsung Smart TV, and Vizio.

Discover Mysteries, Romances, & More
Explore our hand-picked collections of PBS dramas to find your new favorite show. Browse our catalog of sweeping historical epics, breathtaking romantic dramas, gripping crime thrillers, cozy family shows, and so much more.Providing Support for PBS.org
Learn Moreabout PBS online sponsorship-Bueno, ¿estamos todos?
-Falta Ali.
A ver, Alicia, ven, que estamos para hacer la foto.
[Andrés] ¿Alicia?
[Germán] ¿Alicia?
¿Alicia?
Alicia... [Leti] ¡Ali!
[Eduardo] ¡Ali!
[teléfono] -[Roberto] ¿La has visto?
-¿Alguna novedad, comisario?
Convendría tomarles a todos los familiares de la niña -muestras de ADN.
-Puedo decirles que no estabas donde dijiste cuando desapareció Alicia.
¿Te das cuenta que yo podría hacerte la misma pregunta, verdad?
Porque aquí cada uno tiene su pecado.
[Roberto] ¡Alicia!
[Víctor] ¿Es normal que esto se atasque?
-Es muy raro.
-Será mejor que llame a la policía.
[Rafael] Confirmado, señor.
Es el vestido de comunión de Alicia Vega.
Tendrán que acudir a declarar a comisaría, todos.
Familiares y trabajadores.
Según tú, que Begoña y Roberto estén juntos los convierte en sospechosos.
No, a ellos no, a sus parejas.
Begoña Valverde y Roberto Vega iban a irse de viaje un día después de la comunión, pero cambiaron de idea.
Es su diario, el mismo que le regalaron hace un año.
Y seguía estando en su habitación el mismo día en que la niña desapareció.
[Víctor] ¿Y si la policía no lo encontró?
[Laura] Es que alguien se lo llevó de allí.
Todo señala a Bosco.
El mismo cordel del palomar estaba en el clarín de su hermano, -y en la herida de Alicia.
-[Casas] El ADN de los restos que Alicia tenía en las uñas -también es de Bosco.
-Está obsesionado con Alicia.
[Casas] ¿Cómo es que su coche acabó en el pantano?
¿Qué pasó?
¿Cómo hemos llegado hasta aquí?
[llanto] [policía hombre] Todo apunta a que murió por asfixia.
¿Se ahorcó o la ahorcaron?
-¿Quién sabe?
-La policía ha encontrado el lugar donde tuvieron a Alicia.
La cabaña del guardabosques que hay en las lindes.
En la cabaña había un paquete de tabaco con eso que tú haces siempre.
Sal de mi casa.
¿Por qué secuestró a Alicia Vega?
No, yo no tuve nada que ver con eso.
¿Y entonces qué otra explicación hay para todo esto?
[Eduardo] Vendo droga y la guardo en esa cabaña.
Según entras, en la pared del frente a la puerta hay una madera que se mueve.
La droga está detrás.
[policía hombre] Aquí no hay nada.
[Carmen] Mi niña habla de esa mujer.
Los vio.
Volviste con ella, me dijiste que se había acabado.
Dice que ella la amenazó y ahora nuestra hija está muerta.
¿Qué estás queriendo decir?
Que esa mujer se llevó a nuestra hija.
A usted la ingresaron en el hospital de San Marcos el 15 de marzo.
Me hicieron un lavado de estómago, algo me sentó mal.
Y encontraron ansiolíticos.
Tomé alguna copa y no me di cuenta, por eso me sentaron mal los... No me venga con cuentos, señora.
Las pruebas indican que usted tuvo oportunidad de secuestrar a Alicia y que tenía usted un móvil muy potente para hacerlo.
Creemos que si el diario la señala, las páginas que faltan la señalaban aún más, y que por eso las arrancó.
Te tendrías que haber quedado calladita.
¿Qué querías, que me acusasen de encubrirte?
No... Yo mejor me quedo afuera.
¿Dónde lo tienes?
Yo no lo tengo.
[Eduardo] ¿Entonces quién?
[Leti] Pues, está bastante claro, ¿no?
[Eduardo] Óscar.
[suena música de suspenso] ¿Se puede saber por qué no me han avisado que iban a detener a mi hijo?
Precisamente porque es su hijo.
¿Podría hablar un momento con él?
Suba.
[suena música de tensión] Papá.
Ni papá ni ostias.
Me prometiste que ibas a dejar de vender esa mierda, me lo prometiste.
¿Y ahora qué?
[resuello] Ahora no es maría, ¿no?
¿300 gramitos de coca?
Qué camellito gordo, ¿no?
A lo grande.
Lo siento, papá.
Es que el papá ya no puede más.
Papá ya no puede más.
[llanto] Es que a papá ya no le da la vida para arreglar todas las cagadas del niño.
[suena música de tensión] Eduardo y yo escondíamos la droga en la cabaña.
Pensé que si la escondía, nadie sabría que yo iba por allí.
[suspiro] Pero vamos a ver, hijo.
¿Pero por qué no la...?
Pero... [golpe] ¿Por qué cojones no la tiraste?
¿Eh?
¿Porque querías venderla?
¿No es eso, eh?
[llanto] El puto comisario es toca pelotas y poniendo el pueblo patas arriba, y tú, claro, tú vendiendo falopita como si nada, ¿no?
[sollozo] ¿Es que no te das cuenta que por salvarte a ti el pellejo me estoy jugando yo el mío?
¿No te das cuenta?
[llanto] [Óscar solloza] [puerta se abre] [murmullos] [suena música de suspenso] [Inés] Me preocupa Roberto y me preocupas tú, sois los dos mis hermanos.
[Andrés] ...se ha olvidado de eso hace mucho tiempo.
[Inés] Está pasando muy mal momento.
[Andrés] Eso no es excusa... ¿Y si Roberto tiene razón, si fue Begoña la que se llevó a la niña?
[Andrés] No digas eso.
Begoña no tuvo nada que ver con eso.
[Inés] Eso lo dices tú.
La tengo fácil al creer eso, ¿verdad?
Tú nunca la tragaste.
Se te atravesó desde el principio.
A ver, Andrés, Ali se convirtió en un estorbo.
Begoña la amenazó, seguramente pensó que la niña no haría nada, pero la niña sí hizo algo.
Ella misma lo contó en su diario.
Intentó matar a Begoña, Andrés.
Tú mismo la llevaste al hospital.
[Andrés] Los médicos dijeron que fue una sobredosis de ansiolíticos.
Pero no se los dio a Ali.
Se los di yo.
Cuando me enteré de que Roberto había vuelto con Bego, me volví loco.
Machaqué un montón de pastillas y se las eché en una copa.
Pero luego vi a Nuria... dormidita, abrazada a sus muñecos, y me di cuenta de lo que había hecho.
[suspiro] Gracias a Dios llegamos a tiempo al hospital.
[suena música emotiva] ¿Ya has terminado?
Sí.
¿Qué te pasa?
Te estaba mirando, y no sé, no pareces, no pareces tú.
Nada, mierdas de familia.
¿Te pasa algo con tu hermano Andrés?
Antes de irte a hablar con él, no sé, te he visto, -te he visto bien.
-Mira, Víctor, no es el momento ni el lugar.
Pero si quieres podemos ir a otro sitio.
Vente a mi casa, hoy estoy solo.
Hay pollo... -[Víctor] Toma.
-Gracias.
[suena música romántica] [risas] ¿Qué pasa?
[risa] Parecerá una tontería, pero es que... hace mucho que tiempo que no estoy así, cenando.
Vamos, con un chico, que nada, suelo cenar.
[risa] Aunque sean sobras del restaurante de tu padre.
Aunque sean las sobrillas.
¿Y aunque el chico esté casado?
Me basta con hablar un poquito.
A veces... A veces me siento un... me siento un poco sola.
Sobre todo desde que... Bueno, desde que... ¿Desde qué?
Desde que descubrí que, que quería a la persona equivocada.
¿Y por qué era la persona equivocada?
Si... Bueno, pues digamos que... que no siempre le bastaban las palabras.
[suena música romántica] [suspiro] ¿Ha-Has terminado ya de...?
Sí.
Voy a fregar los platos.
Gracias.
[vibración de celular] ¿Sí?
¿Dónde estaba la droga?
[chasquido] Eh... estaba aquí.
El ladrón sabía lo que se hacía porque no ha dejado ni una huella.
-¿Y las cámaras?
-Pues no sabemos lo que pasó, pero no ha saltado la alarma y las cámaras tampoco registraron nada.
Una auténtica putada, comisario.
¿Han robado algo más?
No, solo la droga.
Ya, la droga con la que trapichaba tu hijo.
Bueno, aquí no creo yo que haya nada de valor que pueda interesarle a un ladrón.
¿Sabes lo que supone que alguien se haya llevado esa droga?
Una prueba relacionada con el caso de Alicia Vega.
Pues, sí, señor.
Que el resto de las pruebas pierden su valor legal porque podrían haberse desvirtuado.
Muy bien, veo que se aprendió la norma con diligencia.
Qué lástima no haber sido capaz de aplicarla, ¿verdad?
[chasquido] Son cosas que ocurren, por desgracia.
¿Cuándo volverán a estar las cámaras otra vez operativas?
Bueno, no creo que... tarden mucho.
-El técnico ya está avisado.
-Hmm.
Ahora habrá que liberar a los dos detenidos.
¿No, comisario?
¿Pueden dejarnos a solas, por favor?
Tanto usted como yo sabemos quién ha hecho esto.
-No sé a qué se refiere.
-[Casas] Papá tenía que proteger a su niño, ¿no?
No me gusta lo que está insinuando.
[Rafael tose] Es usted un cretino sin escrúpulos.
Esto no va a quedar así, comisario.
¿Esto?
¿A qué se refiere?
Las cámaras están averiadas.
Esto, Vidal, no ocurrió nunca.
[Rafael tose] Tiene razón.
Dé orden de que liberen a Eduardo Castro y a Óscar Vidal.
Ya no tenemos con qué llevarlos antes el juez.
Ni por lo de la droga, ni por lo de Alicia Vega.
[tose] -Bueno... -¿Una copita?
¿No te vas a tomar una copita conmigo?
Sabes que no sería solamente una copa.
¿Y por qué no?
Ha sido solo una cena, ¿no?
Bueno, ya nos tomaremos esa copa otro día.
[suspiro] [Víctor] Bueno, gracias por la cena.
[suspiro] [suena música dramática] Buenas noches.
¿Y papá?
No me dio el beso de buenas noches.
Papá ha tenido que irse con los abuelos, cosas del restaurante.
¿Y cuándo va a volver?
Pues no, no lo sé, pero seguro que tarde.
Venga, quiero dormir, que mañana hay que volver al colegio.
[suena música emotiva] [pitido] Nuria, ¿estás despierta?
¿Dónde estabas?
La abuela ha pasado mala noche.
Ya sabes, un cólico de esos que le dan a veces.
[Emi] Pues parece que te haya dado a ti.
Estás penoso, papá.
Ya, una ducha no me vendría mal.
[suena música emotiva] [puerta se cierra] ¿Me vas a decir la verdad?
Tu madre me ha pedido que me vaya de casa.
¿Por qué?
Papá, ¿por qué?
[suspiro] Hubo otra mujer.
-¡Emi!
-¡Vete a la mierda!
[suena música emotiva] [campana] [Pablo] Lo siento mucho, de verdad.
-Lo siento.
-Gracias, Pablo.
Gracias.
Sabes que puedes contar con nosotros para lo que necesites.
Gracias.
Lo siento mucho.
Muchas gracias.
No sabes cuánto lo siento.
[suena música emotiva] Si hay algo en lo que podamos ayudaros...
Lo sé, lo sé, lo sé.
Vale, gracias.
Sentimos muchísimo lo de Alicia.
Gracias, gracias.
[mujer] Carmen, Dios mío, ¿cómo estás?
[Carmen] Bien.
Ahí estamos.
[besos] ¿Y tú, cariño, cómo estás?
Mamá, vámonos.
[Carmen] Bueno.
¿Qué es eso?
Los de científica la han conseguido rescatar de la memoria de la cámara.
Este es el video original de la comunión.
Espera, ¿cuánto duraba el video que teníamos?
Eh, 48 minutos.
Este dura 51.
Hay tres minutos que no hemos visto.
Mira.
[suena música de suspenso] [Laura] Es Alicia Vega.
Comisario, ya está todo preparado.
Pero la señora Castro sigue sin contestar al teléfono.
¿Quiere que esperemos por ella?
No creo que sea necesario.
Hablaré con ella más tarde.
Podemos empezar.
[suena música dramática] Mientras los niños jugaban al escondite en el jardín, Óscar Vidal dejó su cámara apoyada sobre el alfeizar de la ventana, más o menos por aquí.
Pero, por desgracia para él, el señor Vidal olvidó detener la cámara y esta siguió grabando.
Esta parte de la grabación no la habíamos visto hasta ahora.
Van a ver imágenes que la policía científica acaba de entregarnos, y que han sido recuperadas de la grabación original.
[suena música de tensión] Aquí tengo sus declaraciones del día de los hechos.
En ellas aseguran que mientras los niños jugaban al escondite, ustedes permanecieron todo el tiempo dentro del restaurante con sus novias, y ellas lo confirman en sus propias declaraciones.
Así que, visto esto, todos ustedes mienten, lo que no les deja en muy buen lugar.
Cuando usted se dio cuenta de que su encuentro con Eduardo Castro estaba en la grabación, lo ocultó.
No quería que nos vieran con... con eso.
¿Y qué era eso?
Hierba.
Ya hablaremos en casa.
Vas a matar a tu madre de un disgusto.
Por favor, Vidal.
Imaginemos que efectivamente era hierba y no cocaína, por ejemplo, lo que había en ese paquete.
Lo importante, sin embargo, no es esa imagen, sino lo que la cámara graba justo después.
[suena música de suspenso] ¡Ostia!
¡Eres un hijo de...!
-¡Papá!
¡Papá!
-¡Calma!
-[Andrés] ¡Roberto!
-Para salvar el culo eliminaste la única pista de mi hija.
¿Y tú, Emi?
Mentiste sin pensar en nadie más que en este sinvergüenza, -¿y tu hermana?
-No, papá, -yo no sabía nada de esto.
-[gritando] ¿No sabías que la vida de tu hermana estaba en juego?
Y mentiste igualmente, ¿cómo puedes ser tan estúpida?
-No lo sé.
-Emi, te juro -que yo no sabía nada de esto.
-[llorando] No me toques.
¿Y usted?
¿Qué sabía de todo esto?
¡Nada!
Yo no había visto ese video.
Roberto, por favor, era...
Era mi sobrina, ¿eh?
Os lo habría dicho, ¿no?
¿Y a ti por qué tengo que creerte?
¿Porque tú nunca mientes?
[resoplo] Supongamos por un momento que ustedes dos son inocentes en el caso de Alicia Vega.
Entonces quizá puedan ayudarme a dar con el culpable.
¿Vieron a alguien mientras estuvieron ahí fuera?
-No.
-¿Seguro?
Como comprenderá, estábamos más pendientes -de que no nos viera nadie.
-Ustedes no vieron a nadie y nadie los vio a ustedes.
Algo realmente extraño, teniendo en cuenta que no eran las únicas personas que estaban en ese jardín.
¿No es así, señorita Vega?
En su declaración dijo que había salido al jardín a fumar, junto al poste de los farolillos.
Y sin embargo, ni vio a Óscar Vidal y a Eduardo Castro, ni tampoco a su sobrina Alicia, a una distancia de... seis metros.
Preocupante.
Si yo fuera usted, iría a revisarme la vista.
Inés, ¿de qué está hablando?
-Nada, mamá.
-Contesta al comisario, hija.
A ver, me-me confundiría de sitio, igual, pues, no, no sé, igual, igual... No sé, salí a fumar, pero igual no fue en ese sitio.
No sé, no, ahora no lo sé dónde fue.
Parecía bastante segura en su primera declaración.
¿A qué viene todo esto?
No he sido yo la que ha ocultado las imágenes.
Cierto.
Pero la persona que lo hizo al menos tiene un motivo.
¿Tiene usted uno para ocultar dónde estaba en realidad?
Porque el único que a mí se me ocurre es que no lo haya dicho porque usted es la persona que tira de su sobrina en este video.
¿Pero qué está diciendo?
Yo no estoy ocultando nada, yo no he hecho nada.
Y usted no tiene nada contra mí, porque si lo tuviera, vendría a detenerme, ¿no es así?
Lo que sí tengo es la certeza de que ha mentido.
Y si usted no me dice por qué, tendré que averiguarlo por mi cuenta.
Y no dude que lo haré.
Muchas gracias por su colaboración.
[suena música de tensión] Comisario.
¿Ya está?
Ha venido aquí, ha puesto un video, ha acusado a mi hija de que tiene algo que ver con la desaparición de mi nieta ¿y se va?
Su hija ha mentido, señor Vega, solo intento averiguar por qué.
¿Sabe usted lo que le está haciendo a esta familia?
-Germán.
-Intento ayudarles.
No voy a consentir que nadie insulte o acuse a mis hijos de nada.
¿Le queda claro?
Yo no pretendo insultar a nadie, se lo seguro.
Solo pretendo hacer mi trabajo y encontrar al culpable antes de que le haga algo a otra niña.
Con permiso.
¿Cómo puede pensar que uno de nosotros le ha hecho algo a la niña?
¿Qué pensarías tú si no fueras uno de nosotros?
[suena música de tensión] -¿Ha salido como esperabas?
-[Casas] No exactamente.
Al menos no en lo que a la reacción de Germán -se refiere.
-Ya.
Supongo que será difícil para ti imaginar a un padre -protegiendo a sus hijos.
-Víctor, no estoy para bromas.
Yo tampoco.
Lo que no acabo de entender es qué buscas con todo esto.
No hay mayor presión sobre la conciencia de alguien que su propia familia.
Y sí, hablo por experiencia propia.
Si Inés oculta algo importante, a mí no me lo va a contar, pero ahora con toda su familia presionándola, acabará por venirse abajo, y buscará apoyo.
Entonces espero que tú estés ahí para hacer tu trabajo.
[aves trinan] [Víctor ríe] [Víctor] Ya estaba en ello.
[Víctor suspira] [suena música de tensión] Dame una tarjeta.
Dámela.
[suena música de tensión] Víctor.
¿Sí?
¿Qué hablabas con el comisario?
Me ha dicho que si veía u oía algo raro, que le llamase.
La próxima vez que pienses en hablar con él, primero lo haces conmigo, ¿sí?
De acuerdo.
[suena música dramática] [Begoña] Cuando a Andrés se lo llevó la policía, no lo defendisteis así.
Y contra él tenían mucho menos de lo que tienen ahora contra Inés.
¿Y qué tenían contra mí cuando me trataste como a una asesina?
Si hasta quisisteis poner a mi marido en mi contra.
Bueno, ¿y tú cómo te atreves a hablarnos así?
Papá.
Se trata de mi hija, ¿me oyes?
No hay nadie que tenga más interés que yo en que la policía haga bien su trabajo, y precisamente porque me confundí al no confiar en ti, Andrés.
No voy a cometer ese error con Inés.
¿Y entonces dónde estaba tu hermana?
Si es tan inocente, ¿por qué no quiere contárnoslo?
Estaba en otro sitio.
Lo ha dicho, tú no lo has oído.
Vosotros sois... ¿oís lo que estáis diciendo?
Sal de aquí ahora mismo.
-Papá.
-¡Fuera!
Si se va ella, me voy yo.
Andrés, por favor.
[suena música dramática] [timbre] -[Carmen] Hola.
-¿Está Pablo?
Sí, está arriba.
Ven, espera.
El otro día te dejaste esta pulsera.
[Nuria ríe] [Nuria] No es una pulsera, es un coletero.
-¿Me lo pones?
-Sí.
Sí, sí, sí.
A ver.
[suena música dramática] [recuerdo] [Alicia] Papá la estaba besando.
Yo no podía ver la cara de la mujer, solo su pelo y las mariposas.
[Nuria] No es mío, es de mi mamá, pero a mí me gusta mucho.
[suena música dramática] [Carmen exhala] [Pablo] Mamá, ¿puedo jugar con Nuria?
[Laura] ¿Cómo que no ha ido?
Si la vi antes por la ventana y se estaba vistiendo para salir.
Como no sea que no ha encontrado con quien dejar al niño.
Ya.
Sí.
Muy bien.
Nos vemos después.
[tono de llamada] [timbre de teléfono] [tono de llamada] [timbre de teléfono] [tono de llamada] [timbre de teléfono] ¿Carmen?
¿Carmen?
[timbre] ¿Carmen?
[timbre] [suena música de suspenso] Carmen, Dios.
Carmen.
Carmen.
Carmen.
Carmen, no, no.
Carmen, tienes que despertar.
Carmen, despierta.
[resoplo] Despierta.
Vamos al baño.
Tienes que ponerte en pie, por favor.
[Carmen quejándose] [Carmen] Suéltame.
Vamos, vamos, tienes que vomitar.
Vamos, tiene que... [inaudible] ¡Vamos, vamos!
Tienes que vomitar.
Vamos.
Por favor, Carmen.
Vamos, vamos.
Fuera, fuera.
[Carmen tose] Bien.
Bien, ya está.
[Carmen regurgita] [exhalación] Deberías ir al hospital, o si prefieres, -puedo llamar a un médico.
-No, no, no.
Ya estoy mejor.
No quiero que nadie sepa nada de esto.
Ya.
[suspiro] Ahora ya sé quién es ella.
La amante de Roberto.
Es Begoña, mi cuñada.
Te das cuenta de que no puedes confiar en nadie, de que todo es... mentira.
Cuando las cosas empezaron a ir mal con Roberto, ¿sabes a quién llamaba para desahogarme?
A Begoña.
[timbre] -Voy yo.
-No.
No, voy yo.
Voy yo.
Señora Castro, siento presentarme sin avisar.
-Señora González.
-Comisario.
Mejor me voy.
No, no, no, Laura.
No.
Quédate.
Por mi parte no hay inconvenientes, solo necesito hacerle un par de preguntas.
¿Para qué?
Ya tienen el diario de mi hija y ya saben quién se la llevó.
Tenemos una nueva prueba.
[suena música dramática] Creemos que esta imagen se corresponde al momento exacto en que se llevaron a su hija.
Y también saben quién se la llevó, ¿no?
Begoña.
¿Usted me puede explicar por qué sigue libre?
Lo siento, señora Castro, pero este video no señala a su cuñada, y no tenemos otras pruebas definitivas que lo hagan.
¿No tienen otras pruebas?
¿Y el diario de mi hija qué es?
Desgraciadamente esa prueba no tiene valor judicial.
Ah, que no tiene valor judicial.
[inhalación profunda] ¿Y entonces por qué no se pone a buscar alguna prueba que sí tenga valor judicial y hace su trabajo?
¿Es que está esperando que lo haga yo?
No tardaremos.
-Le haré unas preguntas.
-No, no, no.
Usted a mí no me va a hacer más preguntas.
Váyase de mi casa.
[suena música emotiva] [puerta se cierra] Puede que no estén consiguiendo mucho, pero... no es culpa de ellos, Carmen.
No están consiguiendo nada.
Se equivocan si piensan que me voy a quedar cruzada de brazos.
No sé a qué se refiere, señor comisario, pero esa mujer no es dueña de sus actos, y ha intentado matarse.
Y por si fuera poco, luego llega usted con el video de su hija.
Me estás echando en cara que haga mi trabajo.
Claro que no, solo lo estoy informando -de la situación.
-La próxima vez infórmame a tiempo.
Si llego a saber lo del intento de suicidio, no le enseño el video de su hija.
Esperemos que Víctor tenga más suerte con Inés Vega.
[Inés] Gracias.
[Víctor] Hasta luego.
¿Qué haces tú aquí?
Pues es que hacía falta personal.
Aquí ya no viene nadie, lo sabes tan bien como yo.
¿Cómo voy a dejar que cierres tú sola?
Como si fuera la primera vez.
Bueno.
¿Hoy no tienes prisa?
No.
¿Una cerveza?
O dos.
Dos.
[risas] [Carmen] Roberto se acostaba con Begoña.
¿Cómo?
¿No lo sabías?
No.
No, claro que no.
Si lo supiera, te lo habría dicho.
Cualquiera te lo habría dicho, digo, yo... No, cualquiera no me habría dicho.
[Eduardo] Un momento, eh... ¿Tú crees que si Andrés lo hubiese descubierto, sería capaz de perdonar a Begoña así como si nada?
Para su desgracia, ese hombre sería capaz de perdonarle cualquier cosa.
[Eduardo] ¿Qué estás haciendo, Carmen?
[Carmen] Llamarle.
Si él lo sabe y la ha perdonado es que la ha encubierto.
[tono de llamada] ¿Andrés?
Ah, te pillo justo acostando a la niña, ¿no?
Perdona, perdona, es que no, no he mirado la hora.
No.
No, no, no.
No es nada importante, solo quería saber... E-Eso, si mañana te podrías pasar por casa para ayudarme con unas cosas.
Como Roberto no está, bueno, ya, ya sabes que yo no me entiendo muy bien con los aparatos.
¿Después de dejar a la niña?
Sí.
Sí, sí, sí.
Estaré aquí, perfecto.
Perfecto, Andrés.
Venga, hasta mañana.
¿Quieres que yo esté?
No.
Quiero estar a solas con él.
Solo pensar que a Nuria le pudiese pasar algo así... La vas a despertar.
¿Te acuerdas de cuando las cosas empezaron a ir mal?
Entre nosotros, digo.
Ojalá no me acordara.
No sé por qué, pero... ahora me doy cuenta que fue ahí cuando te empecé a culpar de cosas que tú no tenías la culpa.
De cosas que no me gustaban de mí misma.
[exhalación] ¿Y qué esperas, que te perdone ahora?
Me basta con que me quieras.
[suspiro] Andrés.
He sido una idiota todo este tiempo.
He estado ciega.
Sigo enamorada de ti.
[suena música dramática] [exhalación] No le dije a la policía que la chaqueta de Alicia era tuya.
Yo nunca le haría daño.
Lo sé.
Por eso no dije nada.
Yo siempre creí en ti.
[suena música dramática] -Toma.
-Gracias.
[Víctor ríe] [risas] ¿Por qué me miras así?
Me gusta verte sonreír.
Hmm.
¿Qué te pasa?
¿Y quién te ha dicho a ti que me pasa algo?
Yo.
¿Tú?
No sabía que me conocías tan bien.
Bueno.
[Inés] Además, eras tú el que necesitaba tomar una cerveza.
Quizá... nos haga falta la cerveza a los dos.
Hmm.
Es por lo de tu sobrina, ¿no?
Por lo de antes con ese policía.
[suspiro] No, no me gusta revivir las cosas malas que me pasan en la vida, ni los errores que cometo.
[suena música de suspenso] Quizá no sean tan graves.
A lo mejor no me conoces tan bien como crees.
Y tú a mí tampoco.
Puede ser.
[Germán carraspea] -Papá.
-Creí que no había nadie.
Yo ya me iba.
-Hasta mañana, Víctor.
-[Víctor] Chao.
[Inés] Chao.
Nunca has tenido buen ojo para los hombres.
Papá, solo me estaba tomando una cerveza con él.
Inés, ¿en qué crees que nos hemos equivocado -tu madre y yo?
-Papá, no empieces, ¿eh?
-Por favor, de verdad -No, no, algo hicimos mal, evidentemente.
Y ha tenido que ocurrir una desgracia, la peor de todas, para poder verlo.
Resulta que mis tres hijos escondían miserias que ahora van saliendo a la luz.
Papá.
¿tú, tú te acuerdas cuando Roberto quiso irse a estudiar fuera?
¿Tú recuerdas lo que le dijiste?
-No.
-¿No?
Que le necesitabas aquí, contigo arrimando el hombro.
-Era la verdad.
-Pero tenías a Andrés.
-[Germán] Andrés.
-A Andrés le decías que diese gracias de poder trabajar en un restaurante como este, porque para otra cosa no serviría.
¿Y a mí, papá?
¿Tú recuerdas lo que me decías a mí?
No, no te acuerdas, porque tú lo hiciste todo de puta madre y nos convertiste en lo que somos.
Todos alrededor tuyo como perros, esperando la comida.
Todos dependiendo de ti, nosotros y nuestras miserias.
¿Y las tuyas, papá?
¿No escondes tú también tus propias miserias?
Alguna vez he sido duro contigo, hija, pero le he dicho al comisario que sé que tú no podrías hacerle nada a la niña.
Pondría mi mano en el fuego por eso.
[suena música de tensión] [golpes en puerta] [Eduardo] ¿Quieres que abra yo?
No, no.
Tío Eduardo, ¿por qué no acuestas hoy tú a Pablo, sí?
[timbre] Vamos, campeón.
A dormir.
¿Quieres?
[risa] ¿Qué haces aquí?
He venido a ver a Emi.
-Vete, Roberto.
-No.
No.
También es mi casa y, y es mi hija.
No me puedes negar hablar con ella.
¡Emi!
¡Emi!
[Carmen] Vas a despertar al niño.
He venido a pedirle disculpas.
Sí, con eso se arregla todo, ¿verdad, Roberto?
Solo que el daño ya está hecho.
[Roberto] ¿Te crees que no lo sé, Carmen?
Yo no puedo perder también a Emi y a Pablo.
[suspiro] Y si no me dejas hablar con ella, dile al menos que he venido.
No está en casa.
Ha salido con sus amigos.
Sé quién es.
[suena música dramática] Por eso no fui esta mañana al restaurante, porque no... no podía, no podía ir allí y mirarle a los ojos.
¿Cómo, cómo has podido delante de mis narices?
Viendo cómo ella me sonreía, viendo cómo yo le contaba mis problemas.
Cómo me consolaba por lo de Alicia.
Esa zorra se llevó a nuestra hija.
La policía no cree que haya sido ella.
Y la sigues defendiendo.
No la defiendo.
Fue un error, Carmen.
Sí.
Un error desde el principio.
Sí, lo fue, sí.
No quiero volver a verte en esta casa.
[suena música dramática] [puerta se cierra] ¿Se ha dormido el niño?
Es mejor que subas.
Pero, mi vida.
¿Qué pasa, mi amor?
[Pablo] Déjame.
¿Qué pasa?
Papá no va a volver nunca.
[suspiro] Los he oído discutir.
Lo he escuchado todo.
¿Le has dejado bajar?
No, no.
Cuéntale, Pablo.
Lo he oído por aquí.
Por aquí.
Sí, siempre se escucha lo de la cocina.
Es verdad, yo también lo he oído.
Eh, bueno.
Bueno, entonces es que te has dejado allí -el otro walkie.
-No, el otro lo tiene Nuria.
[Carmen] ¿Y, y cómo es que se escucha?
Uh.
Vamos a la cocina.
[suena música dramática] A ver, dame.
Venga, di algo.
[pitido] [suspiro] [voz con acople] A ver, ¿qué quieres que di...?
¿Ves?
¿Qué es eso?
Di... No sé, di algo.
[voz con acople] ¿Hola?
[risa] [voz con acople] ¿Pero por qué oye?
-¿Qué pasa?
-Espera.
[acople de sonido] Aquí hay un micrófono.
[suena música de tensión] Vamos, vamos, Víctor, coge el teléfono.
[tono de llamada] [vibración de celular] [suena música de tensión] Sácame de aquí.
[motor enciende] -¿Laura?
-Hola.
-[Carmen] Hola.
-Sé que no son horas, pero... -¿Estás bien?
-Una discusión con Víctor.
Se ha marchado de mala manera y necesitaba hablar con alguien.
¿Te pillo en mal momento?
No, eh... Bueno, no sé.
Pasa.
Pasa.
Es que nos acaba de pasar una cosa un poco rara.
Pasa, pasa.
¿Qué pasa?
¿Qué...?
¿Qué estáis buscando?
-Micrófonos.
-[Laura] ¿Cómo?
Desde el walkie de Pablo se escucha todo lo que se dice aquí abajo, Laura.
Pablo, bájate de ahí.
Y mi hermano pensaba que a lo mejor son... [riendo] micrófonos.
¿Pero qué sentido tiene eso?
¿Por qué iba a haber micrófonos aquí?
No, si sentido no tiene ninguno, pero no hay otra explicación.
[exhalación] [suena música de tensión] -Mamá, aquí hay algo.
-[Carmen] No lo toques, Pablo.
No toques nada.
¿Dónde?
Eduardo, mira.
¿Estáis seguros de que eso es un micrófono?
[acople de sonido] Pues sí.
[risa] Han estado escuchando todo lo que pasa en esta casa.
¿Tú has dejado entrar a alguien?
[Carmen] No... No, no, no.
[suena música de tensión] Carmen, ¿a dónde vas?
A la policía.
¿Te encargas del niño?
No, ya me quedo yo con él.
Acompáñala.
Gracias.
Ven.
[puerta se cierra] [Laura] Pablo, espera.
Dame el walkie.
-[Pablo] ¿Por qué?
-Porque es tarde y hay que acostarse, amor.
Venga.
-Hasta mañana.
-[Pablo] Hasta mañana.
[Laura] Adiós, cariño.
[suena música de suspenso] [timbre de mensaje] [suena música de tensión] [suspiro] [Carmen] Estaba en mi casa.
¿En su casa?
En mi cocina, sí.
Imagino que será cosa de algún periodista.
Han estado acosando a mi familia desde el principio.
Un periodista.
Bueno, yo no estoy tan seguro.
Si lo puso un periodista, ya habrían publicado algo en la prensa o en la radio.
Y que yo sepa no han dicho nada.
Quizás estaban esperando el momento adecuado.
Sí, o quizás es que quien puso ese micrófono fue la policía.
La policía, señor Castro, necesitaría una orden judicial para hacer eso.
Y en un caso como este es raro que el juez lo autorice.
Claro, me olvidaba de que la policía siempre hace las cosas de forma legal.
Hmm.
Bueno, dicho por usted -suena bastante irónico.
-Mire, quiero que revise mi casa y que se asegure de que no haya más micrófonos de esos, y que quien haya hecho esto, pague, ¿me oye?
No voy a permitir que nadie viole la intimidad de mi familia.
Por supuesto.
[exhalación] No te preocupes, tu mujer no se va a enterar de esto.
-No, no es eso.
-Ya.
Bueno, por si acaso.
Sé que puedo confiar en ti.
¿Y tú puedes confiar en mí?
Sí.
Sé que no estás bien, Inés.
Y que te pasa algo por esa cabecita loca.
[risas] Mentí.
Les mentí a todos.
No es verdad que no saliera nadie del restaurante mientras los niños jugaban.
¿Saliste?
Sí.
Estaba una persona afuera esperándome.
¿Quién?
Fede, mi ex.
[respiración profunda] Toda mi familia le odia y tienen sus motivos.
Pero yo no podía dejar que supiesen que me estaba viendo con él, y menos cuando precisamente ese día ocurrió lo de Alicia.
¿Y por qué no fuiste a la policía?
[risa] Yo tenía llaves del protón.
Y justo cuando salí fue cuando desapareció Alicia y me vi con mi ex, que tiene antecedentes.
¿Quién, quién me iba a creer?
Yo.
Sé que tú no le hiciste nada a tu sobrina.
-¿Pero él, tu ex?
-No.
No, no, Fede no sería capaz de hacer algo así.
Bueno, si ninguno de los dos ha hecho nada, ¿por qué no vais a la policía?
Porque la policía no entendería nada y mi familia menos.
Ya.
Por favor, no le cuentes esto a nadie.
Por favor.
[suena música de suspenso] [exhalación] Creí que no ibas a venir, como estabas sin localizar.
Inspectora, no creo que sea el momento de peleas conyugales.
La madre de Alicia Vega ha puesto una denuncia por lo del micrófono.
Sabe que no teníamos una orden judicial y es evidente que esos micrófonos son de la policía, así que tenemos un verdadero problema.
Esos micrófonos los puse yo por mi cuenta, desobedeciendo las órdenes de mis superiores.
Es cierto, pero los tres nos hemos beneficiado de ello.
No recuerdo tal cosa.
De hecho, creo que ninguno de los dos sabíais absolutamente nada, hasta que entró Carmen a tu despacho -con el micrófono en la mano.
-Víctor, no te pedí que quitases esos micrófonos en su momento y ahora no voy a hacer que cargues con la culpa.
Ah, ¿qué es mejor, que nos embarren a los tres?
Queremos lo mejor para el caso, ¿no?
Pues, esto es lo mejor.
Solo intenta retrasarlo todo lo que puedas, hasta que encontremos al que se llevó a Alicia.
Ah, eso sí, Federico Sanz, el exmarido de Inés.
Nos equivocamos al pensar que estaba en Brasil.
Estaba aquí y se vio con ella durante la comunión.
Por eso mintió Inés.
No quería que nadie de su familia se enterase.
Cursaré una orden de búsqueda para interrogarlo.
Es nuestro principal sospechoso.
Él e Inés.
[sirenas de policía] Vidal, ven a mi despacho.
-¿Qué pasa?
-Siéntate.
-¿Qué es esto?
-[Casas] Una orden judicial para espiar todas las conversaciones entre Eduardo y Óscar en relación a la droga que encontramos en la cabaña.
Yo no sabía nada de eso.
Óscar es tu hijo.
¿A qué viene esto ahora, comisario?
Yo me creía que esto era un asunto que ya... estaba más que cerrado.
Hay una grabación en la que hablas con tu hijo.
[Rafael] El puto comisario es toca pelotas, poniendo el pueblo patas arriba, y tú, claro, tú vendiendo falopita como si nada, ¿no?
[Óscar llora] [Rafael ríe] ¿Es que no te das cuenta de que por salvarte a ti el pellejo me estoy jugando yo el mío?
Y esa farlopita desapareció del almacén de pruebas.
El juez lo tendrá fácil para encausarte.
Yo me creía que teníamos un trato, comisario.
Yo me callaba lo de los micros... Claro que te lo callabas, porque los pusiste tú.
Carmen Castro ha encontrado uno y ha puesto una denuncia.
Pues yo no tengo nada que ver.
Vidal, de ir a juicio no te salva nadie.
Ahora tú decides quién quieres ser.
O el policía que destruyó pruebas del asesinato de una niña para salvarle el culo a su hijo el camello, o el policía al que no le importó jugarse el pellejo para resolver el caso de Alicia Vega y puso micros en su casa.
Tú decides.
[suena música dramática] [campana] -Hola.
-Hola, no sabía que ibas a estar aquí.
Sí, sí, Laura me llamó a primera hora para hablar de los niños.
Os dejo un momento a solas.
Voy a por los expedientes de Nuria y Pablo, y enseguida vuelvo.
[Andrés] Bueno, ya que estamos, si te parece, luego puedo acercarte a casa y te ayudo con lo que me pediste.
[Carmen] No, no hace falta.
Solo quería hablar contigo.
Andrés, yo sé que tú querías mucho a mi hija.
Claro, ¿por qué me dices eso ahora?
Porque quiero que te acuerdes de eso, Andrés, y quiero que lo pongas por delante de todo lo demás.
No te entiendo, Carmen.
No, yo tampoco te entendía a ti.
[risa] Bueno, a vosotros, a Roberto y a ti.
Toda la vida habíais sido como uña y carne tu hermano y tú, y de repente, pues, se acabó.
Y hasta ahora no he comprendido por qué.
Esas son cosas nuestras.
¿Desde cuándo lo sabes?
[exhalación] Por eso volviste a beber, ¿verdad?
Te pido por favor que no cuentes nada de esto.
Estoy intentando volver a empezar.
¿Después de lo que te ha hecho?
Bueno, yo tampoco he sido un marido ejemplar precisamente.
Pero no, esto no, no tiene nada que ver.
¿No, y qué te dice que no fue eso lo que la alejó de mí?
No sabes lo que era vivir conmigo.
Begoña aguantó eso muchos años.
Y he sido mejor marido que padre, no quiero perder la familia que me queda.
No, esto no tiene nada que ver con tu familia.
Esto tiene que ver con lo que Begoña le hizo a Alicia.
Begoña no tuvo nada que ver con lo de Ali.
-No, eso es lo que te ha dicho.
-Esa es la verdad.
¿La verdad?
Eh, vamos a ver, Andrés, por favor.
Si sabes algo, dímelo.
Tú estás con ella todo el día, -tú... -Ali era mi sobrina.
¿Tú te crees que si supiese que Begoña le ha hecho algo, -seguiría con ella?
-No, yo sé lo que mi hija escribió sobre Begoña en su diario.
Los dos lo hemos leído, Andrés.
-[suspirando] No.
-[Carmen] Andrés, por favor.
-Dime la verdad.
-No, no, no, yo no leí nada.
El diario lo tenía mi hija.
Fue ella la que lo leyó entero, no yo.
[puerta se abre] [suena música de tensión] No pongáis esa cara, no tengo nada grave que contaros.
Solo quiero que me informéis de la conducta de los niños en casa y hablaros de cómo se comportan ellos aquí.
Bien.
[suena música de suspenso] ¿Habéis localizado al exmarido?
No, aún no.
Pero hemos encontrado algunos datos sobre él bastante interesantes.
Federico Sanz Conde, antecedentes por hurto y agresiones.
Ha dedicado casi toda su vida al mundo de la noche, discotecas, pubs.
Regresó desde Brasil a España hace un mes.
Sin trabajo, sin ahorros.
-Ah.
-Un buen partido.
No me extraña que la familia no quisiera que volviese con él.
Bueno, después de que apareciese Alicia, se gastó casi 30 000 euros en la compra de un vehículo de carga de segunda mano.
Según Inés, el tipo estaba a dos velas.
Pues, pagó en mano.
El otro día Germán y Pilar hablaron sobre un dinero.
A Germán lo multaron a unos 300 km de aquí, la noche en que soltaron a Alicia.
Hmm.
¿Crees que tal vez se pagó un rescate?
Hablaré con Pilar y Germán.
Espero que te guste el cordero.
Ya le he dicho que si no trae una orden judicial, no tenemos nada más que hablar.
No estoy aquí para hablarles de su hija.
Siéntense, por favor.
¿Qué quieres?
Sé que darían cualquier cosa por que su nieta estuviera viva.
-No le quepa duda.
-Y sin embargo, los secretos de esta familia, sus propios secretos, señores Vega, no nos ayudaron a investigar el caso y siguen entorpeciéndolo.
No le consiento ni a usted ni a nadie que venga aquí para insinuar que somos culpables de la muerte de la niña.
Yo no he dicho eso, señor Vega.
Lo que sí digo es que, desde el principio, descartamos a cualquier sospechoso que no fuera de la familia.
¿Y sabe por qué?
Porque dábamos por hecho que el secuestrador no tenía un móvil económico.
¿Y sabe por qué los descartamos?
Porque cuando hay un móvil económico, la consecuencia natural es que el secuestrador pida el pago de un rescate, y aquí no había habido tal cosa.
¿O sí que la hubo?
Y sencillamente nadie informó de ese extremo a la policía.
Señor Vega, tráfico me ha informado de que le multaron a 300 km de Cienfuegos por la noche, justo el día en que liberaron a Alicia.
¿Qué hacía allí?
[suspiro] [suena música dramática] Habían pasado diez días desde que Alicia desapareció.
Recibí una llamada de un hombre.
Me dijo que... que él tenía a la niña, y que si quería volver a verla con vida, tenía que pagar una cantidad de dinero, 70 000 euros.
A las 4:00.
No, no se lo he dicho a nadie.
¿Qué hizo usted?
Junté lo que pude.
No lo bastante, desde luego, 45 000.
No sabía de dónde sacar el resto.
-¿Y entonces?
-[Germán] Cogí los 45 000, los metí en una bolsa y los fui a entregar con una nota en la que decía que me comprometía a hacer un segundo pago con el resto.
La niña apareció poco tiempo después, malherida.
Pero luego supo que la niña estaba así por un atropello.
Que Bosco la había atropellado por accidente.
¿Por qué no habló entonces?
La niña se nos murió.
[llorando] ¿Con qué cara me iba a presentar ante sus padres para contarles todo eso, comisario?
Mi marido solo hizo lo que creía lo mejor para la familia.
Voy a necesitar que me digan dónde dejo el dinero y a qué hora.
Y todo lo que pudiera haber en ese viaje.
¿Esta vez puedo contar con su cooperación?
Esta es a la gasolinera donde Germán Vega dejó el dinero del rescate en los cuartos de baño a las 4:00 del 9 de mayo.
Mande a uno de sus hombres a comprobar las grabaciones de las cámaras de seguridad.
[chasquido] Eso va a ser difícil, comisario, con los días que han pasado.
Y eso si tenían las cámaras conectadas, porque la mayoría de los locales de por aquí -las suelen tener, pero de pega.
-Ya, bueno, habrá que ir a comprobarlo, ¿no cree?
Hmm.
45 000 euros... Pues sí que da dinero el restaurante de los Vega, ¿no?
[vibración de celular] Quiero la máxima discreción en esto, Vidal.
Nada de prensa.
Comisario, claro que sí.
No lo diga y hágalo.
[suena música dramática] [tono de llamada] Begoña.
Oye, mira que he pensado que como voy ya por Pablo, si quieres, de paso puedo recoger a Nuria, y así pasan los niños un rato juntos.
Muy bien.
De nada.
[suena música de suspenso] [campana] [voces indistintas] [gritos celebres de niños] [voces indistintas] Hola, amor.
¿Qué tal?
¿Bien?
¿Todo bien?
¿Sí?
¿Todo bien?
Sí.
-Hola, cielo.
-Hola.
¿Qué tal?
¿Bien?
-Sí.
-Oye, que he hablado con tu mami y hoy te vienes conmigo.
¿Te apetece?
-Sí.
-Sí.
Si esperáis un momento, os acompaño.
No.
Luego te veo, ¿vale?
Vamos.
[suena música de suspenso] ¿No vas a buscar a la niña?
No, ya ha ido Carmen.
¿Qué?
Carmen lo sabe, lo tuyo con Roberto.
-Espera, ¿a dónde vas?
-Andrés, se ha llevado a nuestra hija.
Pero es su tía.
¿De qué tienes miedo?
¿De que le vaya a hacer daño o de que Nuria le cuente algo?
Pensé que habías tomado una decisión.
[suena música dramática] [policía hombre] Estas imágenes son de una de las cámaras de seguridad de la gasolinera donde Germán Vega dejó el dinero.
Este hombre entró cinco minutos después de que Germán Vega se fuese y salió con la bolsa del dinero.
Es Federico Sanz, exmarido de Inés Vega.
[suena música de suspenso] [timbre de celular] -¿Sí?
-[Federico] ¿Qué me has hecho?
¿Fede?
La policía me está siguiendo, ¿cómo eres tan hija de la gran puta?
Me has vendido.
[golpes] [tono de teléfono] [Laura] Emi, ¿está tu madre?
Eh, no.
¿Aún no ha llegado?
Sí, bueno, me ha... [Pablo] Emi, ¿cómo se enciende esto?
Pablo, un momento.
Eh, me ha dejado con Pablo y se ha ido con Nuria a dar un paseo.
¿Y sabes a dónde fueron?
No, cogió el coche.
-Gracias.
-[Pablo] ¡Emi!
[Emi] ¡Que sí, ya voy!
[suena música de tensión] [timbre de celular] -[Nuria] ¿Quién era?
-Nadie.
¿Por qué hemos venido aquí?
A dar un paseo.
Vamos.
[suena música de tensión] [inaudible] [Nuria respira agitada] ¿Qué pasa, mi amor?
¿No te gusta este sitio?
¿No?
[suena música de tensión] ¿Y por qué no?
Es la cabaña de un guardabosques.
[Carmen] Sí.
En el cole dicen que Ali estuvo aquí encerrada.
[Carmen] Mmm-hmm.
Pero tú ya conocías este sitio, ¿verdad?
-¿Sí?
-Me quiero ir, tía.
Sí, mi amor, claro que sí.
Nos vamos enseguida.
Solo me tienes que decir todo lo que sabes, ¿eh?
¿Quién encerró aquí a mi niña?
¿Eh?
¿Que no se lo vas a decir a tu tía Carmen?
[suena música de tensión] Tú lo sabes todo, ¿verdad?
Mmm-hmm.
Tú sabes quién se llevó a Alicia.
-Sí.
-Sí... [suena música de tensión] -¿Qué es lo que quieres, Carmen?
-¿De qué tienes miedo, Begoña?
De que le hagas daño a mi hija.
Le estoy diciendo a quién tiene que interrogar para cerrar el caso.
¿Le estoy dando el trabajo hecho y usted me dice que hará lo que esté en su mano?
Las cosas no son tan simples.
[Begoña] No puede saber nada de eso.
Eres un pobre pelele, y todo el mundo -hace lo que quiere contigo.
-[Casas] ¿Dime?
[Víctor] ¿Aún tienes pinchado el teléfono de Inés Vega?
[Casas] Inés Vega no ha recibido ninguna llamada desde anoche.
Eso es imposible, acabo de oírla hablar.
No desde su móvil, Víctor.
[Germán] ¿Él estaba aquí el día de la comunión?
-¡Dime la verdad!
-Sí.
Puede ser que yo sea un ladrón, ¿pero de ahí a secuestrar a una niña?
-No te creo.
-¿Para qué le iba a mentir?
Porque no es lo mismo pasar 4 años en la cárcel que 40, y te juro que voy a hacer que cumplas -cada uno de ellos.
-[Nuria] Mamá, ha venido el policía.
No sé qué hacer.
Quiero estar presente en el interrogatorio.
[Casas] Bien, ahora dígame dónde está la niña.
¿Cómo que dónde está?
Tiene que estar aquí.
Señora Valverde, si todo esto es cosa suya... Comisario, mi hija acaba de llamarme angustiada, ¿de qué me está hablando?
¿Qué pasa, hijo?
[respiración profunda] Que no encuentran a mi hija.
Support for PBS provided by: