Aquí en Minnesota muchas veces nos sentimos solos por el idioma.

Cuando yo me vine para acá no conocíamos a nadie.

Se siente la soledad.

Entonces, ya tener una virgen, ya tener algo que nos recuerde, es sentirnos también como en nuestro país.

La entrada y la salida.

La salida es que Señor, bendíceme a donde voy.

Y cuando llego gracias, Señor, que ya llegué.

Cada altar tiene su toque muy religioso personal de cada familia.

Algunas imágenes tienen un sentido para nosotros.

Unas imágenes fueron regaladas, otras las encontró mi esposa en una venta de yarda.

Cuando murió mi mamá me regalaron un arreglo de plantas y venían esas mariposas.

Y se me hizo que mi mamá es una mariposa.

Siempre va a tener algo es altar que le recuerde como a lo mejor vivían en su país o en su pueblo, pero en casi todos los hogares está la Virgen de Guadalupe.

Como mexicana, siempre la Virgen de Guadalupe, siempre es la que está en nosotros porque ella, pues, apareció en México.

Ahí empezaba la historia de nosotros, los indígenas mexicanos, ¿por qué María se quiso revelar a un indio?

Soy como tú y tú eres importante también.

Me acuerdo que una vez cuando mi hijo, este, lo detuvieron, luego, luego me vine al altar y empezamos a orar.

Llegaron otros amigos y aquí todos empezamos a orar.

Si yo me valoro como soy y lo que puedo ofrecer y mis capacidades, mis talentos, yo creo que como mujeres podemos formar una fortaleza grande de fe para nuestras familias.

[INGLÉS]