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Preguntas frecuentes sobre el coronavirus

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El COVID-19, la enfermedad causada por el nuevo coronavirus, ha alterado en gran medida la vida que conocíamos en Estados Unidos. Las escuelas están cerradas, el desempleo se ha disparado, la gente tiene que arreglárselas con el aislamiento, así como con la incertidumbre de cuándo podrá reanudar su vida cotidiana sin peligro.

Lo que a fines del año pasado empezó como un pequeño brote en Wuhan, China, ahora abarca todo el planeta. Y aún así, médicos y funcionarios de salud pública en decenas de países están luchando por encontrar respuestas y tratamientos.

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Esta es una guía de lo que sabemos sobre el coronavirus por parte de científicos, médicos y expertos en salud pública: es un recurso que cambia al ritmo que avanzan nuestros conocimientos.

Actualizaremos de manera constante esta publicación. Aquí podrá leer, mirar y escuchar toda nuestra cobertura del coronavirus.


¿Quién puede contraer la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19)?

Gente de todo el mundo y de cualquier edad puede contraer COVID-19 y propagar el virus. Jugadores de la NBA, miembros del Congreso y celebridades de Hollywood son algunas de las millones de personas que se han contagiado. Hasta ahora, hay menos infantes, niños y adultos jóvenes que hayan muerto o enfermado de gravedad, pero no son inmunes.

Las minorías raciales y étnicas han sido afectadas por el coronavirus de forma desproporcionada, de acuerdo con los CDC y el COVID Tracking Project at The Atlantic, que recaba datos de todos los estados y territorios de Estados Unidos. A mediados de junio:

  • Los afroamericanos representaban 13% de la población estadounidense pero constituían 19% de las muertes por COVID-19 cuya raza se conocía.
  • Los negros y los americanos nativos se hospitalizan cinco veces más, y los hispanos y latinos cuatro veces más, que los blancos.
  • Los hispanos y latinos representan el 18% de la población nacional, pero su positividad en las pruebas de la enfermedad es mayor de lo que se esperaría por su proporción en la población en casi todos los estados con información disponible.
  • Otros grupos minoritarios más pequeños también presentan disparidades semejantes a nivel estatal. En Arizona, por ejemplo, los americanos nativos representan el 4% de la población, pero constituyen el 17% de los casos y el 21% de muertes. Los americanos asiáticos representan el 8% de la población de Nevada, pero constituyen 9% de los casos y 15% de las muertes.

¿Qué pasa si contrae el virus?

La mayoría de las personas se recuperan, de acuerdo con datos de China y de otros países. La mayoría reporta síntomas leves o moderados. Pero “leve” es relativo: algunos pacientes de los llamados casos ligeros de todos modos dicen sentirse muy enfermos. En Estados Unidos, 19% de los casos se hospitalizan, y 6% se internan en las unidades de terapia intensiva, según un estudio de marzo de los Centros de Control de Enfermedades (CDC). La tasa de mortalidad de la COVID-19 varía mucho con el país: Estados Unidos presenta menos muertos por 100,000 habitantes que el Reino Unido, Italia, Suecia y Francia, pero tiene más que China, Alemania, Canadá y México, según cifras rastreadas por la Universidad Johns Hopkins.

Los pacientes con enfermedad de ligera a moderada podrían manejar sus síntomas en casa, bajo la dirección de profesionales médicos, si no han contraído neumonía o hipoxia (falta de oxígeno en los tejidos del cuerpo).

Los pacientes con enfermedad ligera experimentan afección respiratoria inferior, como neumonía leve. Algunos podrían requerir hospitalización.

Los casos graves y delicados, que se presentan en menor proporción, requieren hospitalización. Reciben terapia de oxígeno y se les pueden administrar antibióticos si se sospecha que hay infección bacteriana o sepsis. A los pacientes se les pueden hacer imágenes pulmonares como radiografías torácicas, ultrasonografías, tomografías por computadora y electrocardiogramas (ECG), así como procedimientos sanguíneos extensos para monitorizar el funcionamiento de los órganos.

Ya que la COVID-19 es básicamente una enfermedad pulmonar, los pacientes con enfermedad grave o crítica también pueden desarrollar enfermedades asociadas como síndrome de dificultad respiratoria aguda (ARDS, por sus siglas en inglés), choque séptico, disfunción cardíaca, emisión de citocinas y/o problemas relacionados a condiciones subyacentes, de acuerdo con los Institutos Nacionales de Salud. Estos pacientes también pueden padecer enfermedades cardíacas, hepáticas, renales y del sistema nervioso central.

Los casos delicados de COVID-19 pueden ser mortales y requieren hospitalización en unidades de terapia intensiva. Algunos pacientes podrían requerir de un ventilador para ayudarlos a respirar.


Robyn Esaw, sentada en silla de ruedas en su habitación del Centro Hammonton de Rehabilitación y Enfermería, en medio del brote de la enfermedad de coronavirus en Hammonton, Nueva Jersey. Robyn Esaw/Por cortesía de REUTERS


¿Quién está en mayor riesgo?

Si bien limitados, hay datos que apuntan a que el mayor riesgo de enfermar de gravedad o morir por COVID-19 lo corren las personas mayores y las que tienen padecimientos preexistentes, según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades.

También corren mayor riesgo de enfermarse gravemente de COVID-19 las personas de cualquier edad con alguna de las siguientes condiciones médicas:

  • Insuficiencia renal crónica
  • Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)
  • Obesidad
  • Receptores de trasplante de órganos (con sistema inmunitario debilitado)
  • Padecimientos cardíacos graves
  • Enfermedad de células falciformes
  • Diabetes tipo 2

Las personas con los siguientes padecimientos pueden tener mayor riesgo de enfermarse gravemente de COVID-19:

  • Enfermedad cerebrovascular
  • Enfermedades pulmonares crónicas, como fibrosis quística y fibrosis pulmonar
  • Hipertensión o presión arterial alta
  • Asma moderada a grave
  • Padecimientos neurológicos, como demencia
  • Enfermedad renal
  • Embarazo
  • Tabaquismo
  • Talasemia (un tipo de anemia)
  • Diabetes tipo 1
  • Sistema inmunitario debilitado a causa de transfusión de sangre o trasplante de médula, deficiencias inmunitarias, VIH, uso de corticoesteroides u otros medicamentos que debilitan el sistema inmunitario.

Los CDC señalan que es más probable que las mujeres embarazadas con coronavirus sean hospitalizadas, internadas en la unidad de cuidados intensivos y puestas en respirador que las no embarazadas. Sin embargo, no aumenta su riesgo de morir. Las hispanas y negras parecen estar desproporcionadamente más afectadas por el virus durante el embarazo.

En Estados Unidos, cuatro de cada cinco muertes por la enfermedad han ocurrido en personas de 65 o más años. Los índices de hospitalización también se incrementan con la edad.

Los trabajadores de instituciones de salud –no solo médicos y enfermeras de hospitales, sino cualquiera que trabaje en un establecimiento médico o que proporcione atención y servicios a enfermos y personas afectadas– tienen mayor riesgo de exposición al coronavirus. Hasta junio se han reportado casi 70,000 casos entre profesionales de la salud. Pero es probable que el número real sea mucho más alto, ya que solo 21% de los resultados reportados contenían información que podría identificar al paciente como un trabajador de salud.

En los espacios confinados, como residencias para personas mayores, prisiones y plantas de procesamiento de alimentos –donde es difícil guardar el distanciamiento social– han ocurrido brotes de coronavirus generalizados.

MÁS INFORMACIÓN: ¿Por qué los asilos de ancianos en Estados Unidos han sido golpeados tan fuerte por el coronavirus?.


¿Cuáles son los síntomas más comunes?

  • Fiebre o escalofríos
  • Tos seca y persistente
  • Cansancio
  • Dificultad para respirar

Un número menor de pacientes también ha reportado:

  • Dolores musculares o corporales
  • Garganta irritada
  • Dolor de cabeza
  • Congestión nasal
  • Conjuntivitis (también llamada conjuntivitis aguda)
  • Náusea o vómito
  • Diarrea
  • Pérdida de los sentidos del gusto o del olfato
  • Salpullido o decoloración de los dedos de las manos o los pies

Los síntomas pueden aparecer entre dos y 14 días después del momento de exposición, pero lo más común es entre cuatro y seis días, según los CDC y la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Algunas personas contraen el virus pero no presentan síntomas, lo que las pone en mayor peligro de transmitirlo a otras personas. O bien, es muy fácil confundir los síntomas con los de la gripe estacional, lo que también ha complicado el esfuerzo por identificar y contener la COVID-19.


¿Cómo afecta a los niños el coronavirus?

Las personas de 17 o menos años representan alrededor del 5% de los casos en Estados Unidos; en general experimentan síntomas ligeros de la enfermedad, de acuerdo con los CDC. Estos pacientes han reportado síntomas parecidos al resfrío (fiebre, secreción nasal y tos), así como vómito y diarrea. La mayoría se recupera.

Algunos niños que han tenido COVID-19, o que han estado en contacto cercano con alguien contagiado, han contraído un padecimiento inflamatorio muy raro, a veces semanas después. Los médicos piensan que está relacionado con la respuesta inmunitaria del cuerpo al SARS-CoV-2, el virus causante de la COVID-19. Los síntomas del síndrome inflamatorio multisistémico en niños (MIS-C) son fiebre persistente, fatiga, dolor abdominal, dolor en el cuello, vómito, diarrea y sarpullido. La inflamación se presenta en varios sistemas, incluido el corazón. La mayoría de los niños con este padecimiento requiere hospitalización. Se han reportado muy pocas muertes de pacientes hospitalizados.


Con un letrero se solicita a los visitantes usar cubrebocas para detener la propagación de la enfermedad del coronavirus (COVID-19) durante el fin de semana del Día de los Caídos en Bethany Beach, Delaware, EUA, el 24 de mayo de 2020. REUTERS/Kevin Lamarque

¿Debo hacer o comprar una mascarilla para protegerme?

Sí. A la luz de los conocimientos cambiantes sobre la transmisión del virus, ahora los CDC recomiendan usar mascarillas de tela en lugares públicos donde sea difícil mantener el distanciamiento social, como en las tiendas de abarrotes. Las mascarillas pueden hacerse con telas que usted ya tenga en casa y algunos modelos no requieren costuras. Después de usarse, las mascarillas deben lavarse en una lavadora.

De acuerdo con los CDC, no deben usar mascarilla los niños menores de dos años, las personas inconscientes y cualquiera que no pueda quitársela por sí mismo. Las mascarillas quirúrgicas y los respiradores N95 deben reservarse para los profesionales de la salud y los trabajadores de urgencias.


¿Qué diferencia hay entre las mascarillas de tela, las quirúrgicas y los respiradores N95?

La principal diferencia entre esos tipos de mascarillas la constituyen las personas a las que están destinadas. Todas deben ajustarse firmemente a la cara, cubrir la nariz, la boca y la barbilla por completo y permitir la respiración sin restricciones.

Las mascarillas de tela, como las hechas en casa, las pañoletas y las bufandas, sirven para evitar que el aire exhalado les llegue a los demás. Los CDC recomiendan que las mascarillas de tela se hagan de varias capas.

Las mascarillas quirúrgicas son resistentes a los líquidos y están diseñadas para proteger a sus usuarios de gotitas con partículas grandes y salpicaduras, de acuerdo con la Administración de Alimentos y Medicamentos. No protegen completamente de contaminantes al usuario debido a su holgura, pero sí bloquean la mayoría de las gotitas respiratorias que expulsa. Las mascarillas quirúrgicas son desechables y deben usarse solo una vez.

Los respiradores N95 filtran por lo menos el 95% de las partículas suspendidas en el aire, grandes y pequeñas, para proteger a las personas que los usan. Están diseñados para ajustarse sobre la nariz y la boca. Debido a lo limitado de las existencias, deben reservarse para trabajadores médicos y de emergencias. Los CDC emitieron lineamientos sobre el uso extendido y la reutilización de los respiradores N95 en ambientes médicos.

Algunos respiradores N95 cuentan con una válvula que facilita respirar con ellos. Siguen impidiendo que entren las partículas –con lo que protegen al usuario– pero emiten aire sin filtrar cuando la persona exhala. Por esta razón no deben usarse en público.


¿Qué tan efectivas son las mascarillas de tela para bloquear las partículas virales? ¿Cuál es la mejor tela?

Las mascarillas de tela no son tan efectivas para bloquear partículas como las mascarillas quirúrgicas y los respiradores N95, pero sí pueden reducir la propagación de COVID-19, especialmente si su uso es generalizado. (Mientras más personas usen mascarilla en público, es menos probable que se propague el virus).

El grado de protección ofrecido por una mascarilla de tela varía con su ajuste y el material del que esté hecha. Las mascarillas deben cubrir por completo la nariz, la boca y la barbilla y llevarse ajustadas a la cara, sin huecos. Algunas mascarillas cuentan con un puente nasal flexible, hecho generalmente de alambre o tiras de aluminio, para que se ajusten perfectamente a la nariz. Los bolsillos para filtro también son una característica común.

Al seleccionar o hacer una mascarilla de tela hay que considerar lo apretado del tejido, así como el material. Para revisar el tejido, mire la tela a contraluz. Mientras menos luz la atraviese, mejor. Sin embargo cualquier material es mejor que ninguno y usar varias capas de tela mejora su efectividad. Algunas telas y combinaciones de telas filtran mejor que otras. La tela más efectiva para bloquear las partículas virales es la de 100% de algodón de tejido grueso, como el acolchado o la franela.


¿Qué puedo usar como filtro en mi mascarilla de tela?

La Organización Mundial de la Salud recomienda que en la elaboración de las mascarillas de tela se incluyan por lo menos tres capas, con un filtro entre la más interna y la más externa. Los filtros pueden afectar la porosidad de la mascarilla, así que debe elegir el que le haga sentirse a gusto.

La OMS ha recopilado datos de estudios evaluados por expertos sobre la filtración en mascarillas no médicas. El mismo algodón puede utilizarse pero filtra menos que otros materiales. El poliéster funciona bien como filtro. El polipropileno –un termoplástico no tejido que se encuentra disponible como tela– ofrece la máxima filtración y puede encontrarlo como polipro, nombre que suelen darle en las tiendas de telas y otros minoristas. Los pañuelos y las toallas de papel también pueden usarse como filtros efectivos si se doblan varias veces. La OMS advierte que la gasa de algodón, los pañuelos y el nailon no ofrecen protección suficiente.

El inventor del respirador N95, Peter Tsai, recomienda toallas comerciales no tejidas –disponibles en la mayoría de las tiendas de materiales de construcción– como filtro que puede lavarse a mano y reutilizarse.

También pueden usarse filtros de aire y bolsas de aspiradora, pero no son perfectos. Algunos filtros, como los que se utilizan en acondicionadores y purificadores de aire, pueden desprender pequeñas fibras, por lo que es mejor colocarlos entre capas de algodón. De acuerdo con el Laboratorio de Informática y Medios de Anestesia de Medicina de Stanford, puede ser difícil respirar a través de las bolsas de aspiradora.


¿Cómo debo limpiar y desinfectar las mascarillas?

Las mascarillas de tela deben lavarse después de cada uso, ya sea a mano o en lavadora con la demás ropa. Si la mascarilla tiene un filtro no tejido, retírelo antes de lavarla. Los CDC recomiendan que, al lavarla a mano, la remoje en solución de cloro durante cinco minutos. Use cinco cucharadas de cloro para desinfección, disueltas en un galón de agua a temperatura ambiental, o cuatro cucharaditas por litro de agua. En la lavadora use detergente normal y el agua a la temperatura más alta apropiada para el tipo de tela. Al usar la lavadora o secadora, puede meter la mascarilla en una bolsa de malla para evitar que se enrede con la demás ropa. Seque las mascarillas en la secadora a la máxima temperatura o póngalas a secar al aire libre hasta que se sequen por completo.

Las mascarillas quirúrgicas y los respiradores N95 no deben lavarse ni rociarse con desinfectante. Hacerlo podría dañarlos y restar su efectividad.


¿Puedo reutilizar las mascarillas quirúrgicas y los respiradores N95?

Las mascarillas quirúrgicas y los respiradores N95 están diseñados para usarse una sola vez en ambientes médicos. Deben desecharse si se dañan, manchan o ya no se ajustan debidamente.

Debido a lo limitado de las existencias, las mascarillas médicas deben reservarse para trabajadores médicos y de emergencias. Pero si ya tiene una y decide reutilizarla, tome precauciones. Póngasela y quítesela tomándola de los bucles o correas, sin tocar la superficie. Guárdela en una bolsa o recipiente aparte para evitar que toque otros artículos. Lávese las manos antes y después de manejarla. También puede usar una mascarilla de tela encima de la mascarilla médica.

Algunos trabajadores médicos han sido instruidos para reutilizarlas y descontaminarlas colocándolas en bolsas de papel poroso durante algunos días, hasta que no se detecte el virus, conforme a las los consejos de los CDC. No se recomienda esta estrategia para el público en general.


Un voluntario lleva cubrebocas y careta como protección afuera de un banco de alimentos en la iglesia de San Bartolomé, durante la pandemia de la enfermedad del coronavirus (COVID-19) en la sección Elmhurst de Queens, en la Ciudad de Nueva York, Nueva York, EUA, el 15 de mayo de 2020. Brendan McDermid/Reuters

¿Puedo utilizar una careta para protegerme del virus?

Sí puede, pero probablemente no sea necesario, a menos que sea trabajador médico o dental. Los CDC no recomiendan las caretas para las actividades cotidianas, ya que no se sabe si impiden que las partículas respiratorias del usuario les lleguen a otras personas. Si decide usar una, también debe de usar mascarilla.

Las caretas ofrecen protección contra el rocío de sustancias, como algunas gotitas respiratorias. También protegen los ojos del usuario. Los profesionales médicos las usan al efectuar procedimientos que puedan lanzar líquidos al aire, o cuando trabajan cerca de la boca del paciente.


¿La luz ultravioleta puede matar el virus?

Investigadores de la Academia Nacional de Ciencias, Ingeniería y Medicina, afirman que es probable que la luz ultravioleta mate al nuevo coronavirus, pero aún se necesitan más investigaciones.

Normalmente, encontramos radiación ultravioleta, tanto A como B, en la luz solar. Esa es la que causa quemaduras y cáncer en la piel. Sin embargo, la luz ultravioleta C no llega a la superficie de la Tierra pues tiene la longitud de onda más corta de las tres. Esa es la radiación ultravioleta más dañina pero sirve para desactivar algunos virus y bacterias, incluidos otros coronavirus.

Ya se está usando radiación ultravioleta germicida, producida por la luz UVC, para desinfectar superficies en algunos sistemas de transporte público y hospitales, como informó Kaiser Health News. También se está usando para descontaminar respiradores N95, lo que extiende su uso en tiempos de escasez.

La OMS advierte que no debe usarse luz ultravioleta para desinfectar manos o piel, debido a que la radiación puede dañar la piel y los ojos.
Por eso, en algunos establecimientos las lámparas UV se instalan muy por arriba de la cabeza de las personas. Las luces UV germicidas en la parte superior de las habitaciones, con una ventilación adecuada, pueden matar o desactivar algunos virus y bacterias que circulan en el aire de la habitación. Pero esta medida no protege de las gotas respiratorias grandes expulsadas al toser y estornudar ni de los aerosoles infecciosos recién producidos. La distancia social y los cubrebocas siguen siendo necesarios como medidas de seguridad.


¿Qué debo hacer si yo o alguien en mi casa presenta síntomas?

Lo primero es quedarse en casa aunque no sea la persona enferma. Los CDC recomiendan guardar el “distanciamiento social” durante dos semanas, que es el tiempo que se cree dura el periodo de incubación de la enfermedad. La persona enferma debe permanecer en una habitación, lejos de las demás y, de ser posible, usar un baño aparte. Siga lavándose las manos, limpiando y desinfectando las superficies duras de mucho tráfico (perillas de puerta, mostradores, llaves de agua) y no comparta alimentos ni bebidas.

Comuníquese con su proveedor de atención médica en línea o por teléfono para pedirle orientación. Si no se encuentra en una emergencia médica, no se precipite en ir a la clínica sin hablar antes con su proveedor. En caso de tener dificultades para respirar, acuda a la sala de emergencias de inmediato.


¿Hay medicamentos o vacunas para la COVID-19?

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos no ha aprobado ningún medicamento o terapia para prevenir o tratar la enfermedad, aunque hay investigadores que realizan pruebas clínicas y analizan datos para cerrar esa brecha.

En mayo, la FDA otorgó una autorización de uso por emergencia del antiviral intravenoso remdesivir para el tratamiento de pacientes con COVID-19 grave. En una prueba este medicamento acortó el tiempo de recuperación de algunos pacientes. Sin embargo, no hubo diferencia estadísticamente significativa de las muertes por COVID-19 entre los pacientes tratados y no tratados con el retroviral.

Existe un esteroide barato y muy accesible llamado dexametasona que puede mejorar la sobrevivencia de algunos pacientes hospitalizados con enfermedad grave, de acuerdo con un estudio de investigadores británicos que está por publicarse. La tasa de mortalidad se redujo en pacientes que requerían respiradores mecánicos u oxígeno suplementario, pero no parece ayudar a quienes estaban menos enfermos.

Los trabajadores de la salud han estado buscando medicamentos que, aun diseñados para tratar otras afecciones, puedan reducir la gravedad de los síntomas; uno de ellos es el antipalúdico hidroxicloroquina. Si bien el presidente Donald Trump ha pregonado evidencias anecdóticas de que este medicamento ha ayudado a manejar los síntomas de algunos pacientes, no hay ningún dato que demuestre su efectividad para tratar o prevenir la COVID-19. De hecho, el 15 de junio la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) revocó su autorización de uso en casos de emergencia, al explicar que “los posibles beneficios de tal uso del medicamento no superan los riesgos conocidos y potenciales”.

MÁS INFORMACIÓN: Lo que necesita saber sobre la hidroxicloroquina y el coronavirus

Los científicos están trabajando aceleradamente para elaborar una vacuna contra el nuevo coronavirus, pero los expertos afirman que podrían pasar hasta 18 meses para que la vacuna esté disponible para el público. La administración de Trump seleccionó a cinco empresas como finalistas para elaborar una vacuna con el apoyo del gobierno. Sin embargo, subsisten dudas muy básicas sobre la efectividad de una vacuna contra la COVID-19, por ejemplo, la duración de su protección contra la enfermedad.

Se está probando una medida que podría cerrar la brecha; es la terapia de plasma de convaleciente, práctica centenaria en la que se utiliza plasma de personas que se hayan recuperado de la enfermedad para inyectarlo a personas enfermas con el fin de acelerar su recuperación. La terapia está en el centro de las investigaciones en laboratorios y hospitales, y en principio ha dado señales prometedoras, si bien los resultados todavía no están completos.


Las compañías farmacéuticas y gobiernos de todo el mundo están en pos de una vacuna contra el coronavirus, lo cual significará reducir a pocos meses, no años, su elaboración.


No beba, no se inyecte ni ingiera de ninguna manera desinfectante alguno

Beber, inyectarse o ingerir de cualquier forma desinfectantes puede causar lesiones graves e incluso la muerte.

Lea las advertencias en las etiquetas de los desinfectantes y de cualquier otro producto de limpieza antes de usarlos.


¿Cuándo estará lista la vacuna contra COVID-19?

No podemos decirlo con certeza. Conforme a la Operación Máxima Velocidad, las agencias del gobierno están acelerando el desarrollo de vacunas candidatas, con la meta de entregar 300 millones de dosis de una vacuna segura y efectiva antes de enero de 2021.

A fines de julio se inició la primera prueba clínica a gran escala, para probar si las vacunas candidatas funcionan. Se espera que en el curso de los próximos meses empiecen más pruebas de fase 3. Sus resultados tardarán meses y, para que la FDA las apruebe, es necesario que por lo menos 50% de las personas vacunadas queden protegidas contra la COVID-19.

El Dr. Anthony Fauci, que dirige el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, reiteró en una audiencia ante la Cámara de Representantes celebrada en julio que sentía un “cauto optimismo” de que la vacuna estaría disponible en 2021. No estaría disponible de inmediato para todos, advirtió Fauci, y las autoridades necesitarían establecer prioridades en un principio para su distribución. Pero consideró que “dentro de un lapso razonable, los planes ahora consideran que cualquier estadounidense que la necesite la obtendrá en 2021”.

LEER MÁS: Empieza el debate para definir quién estará primero en la fila de la vacuna contra COVID-19


¿Cómo se propaga el nuevo coronavirus?

Se propaga a travéz de las secreciones emitidas por la boca y nariz de las personas contagiadas. Las gotitas exhaladas al respirar, toser y estornudar pueden llegar a la boca, la nariz o los ojos de personas cercanas. Los aerosoles –partículas diminutas suspendidas en el aire, como las que se expelen al hablar y respirar– pueden circular en habitaciones mal ventiladas durante horas. Las gotitas y aerosoles que se depositan en los objetos también pueden trasmitir el virus.

Para reducir las posibilidades de contraer o propagar el virus practique estas medidas de higiene:

  • Cúbrase la nariz y boca al toser o estornudar
  • Evite tocarse la cara
  • Evite tocar superficies
  • Lávese bien las manos con jabón y agua caliente durante al menos 20 segundos

Adicionalmente, use un cubrebocas cuando no pueda guardar la distancia social o cuando esté en interiores con personas con las que no viva.


Las partículas del virus SARS-CoV-2, conocido como nuevo coronavirus, aparecen al momento que surgen de la superficie de células aisladas de un paciente de Estados Unidos. Los picos del borde exterior le dan nombre al coronavirus. Imagen de NIAID-RML/Por cortesía de REUTERS

¿Los niños difunden el virus más o menos que los adultos?

Según un estudio grande de Corea del Sur, por el momento se cree que los niños menores de 10 años propagan el nuevo coronavirus menos que otros grupos de edad. Sin embargo, se piensa que los niños entre los 10 y 18 años de edad lo diseminan en la misma proporción que los adultos. Mediante el rastreo de contactos, el estudio incluyó casi 60,000 contactos de más de 5,700 pacientes de COVID-19 durante el cierre de escuelas a principio de este año. Los investigadores advirtieron que el estudio tuvo una serie de limitaciones, como la posibilidad de que “no se haya identificado a pacientes asintomáticos”.


¿Las personas que no tienen síntomas pueden propagar el virus?

Sí. Tanto las personas presintomáticas como las asintomáticas pueden propagar la enfermedad si están contagiadas activamente con el virus, según la OMS.

La persona está presintomática cuando está contagiada del virus sin presentar todavía síntomas, pero los padecerá después. Por dos días pueden no darse cuenta de que están enfermas.

Una persona es asintomática si está contagiada con el SARS-CoV-2, sin embargo no presenta síntomas. Podría no enterarse nunca de que está contagiada, a menos que se haga una prueba. La OMS señala que algunas personas identificadas como asintomáticas han reportado, en retrospectiva, haber tenido síntomas muy ligeros.

No se sabe en qué medida propagan el virus las personas presintomáticas y asintomáticas. Lo que sí sabemos es que al toser y estornudar se expulsan más gotitas respiratorias aéreas que al hablar. Pero no sabemos qué tan raros sean los casos asintomáticos, pues la mayoría de las personas no se hace la prueba, a menos que experimente síntomas o que haya estado en contacto cercano con alguien que haya resultado positivo.

El 9 de junio, un vocero de la OMS dio a entender que es improbable que la gente sin síntomas propague el virus. Pero en cuestión de horas, la organización aclaró el comunicado, precisando que no se conoce la prevalencia real de la trasmisión asintomática.


¿Cuántas personas son asintomáticas?

No lo sabemos todavía y probablemente nunca lo sepamos. Es posible que las personas sin síntomas no se sometan a exámenes, a menos que tengan contacto cercano con alguien que tenga COVID-19. La Organización Mundial de la Salud calculó a principios de junio que “entre 6 y 41%” de personas con la enfermedad pueden ser asintomáticas.


¿Qué es la propagación comunitaria?

Es la proliferación en la comunidad cuando hay personas contagiadas con el virus en un área, aunque algunas no sepan cómo o dónde se contagiaron. Consulte con el departamento de salud de su localidad para saber si donde usted vive hay propagación comunitaria confirmada de SARS-CoV-19.


¿La inmunidad colectiva puede controlar la COVID-19?

La inmunidad de rebaño (colectiva) es el concepto de que si la mayoría de la gente ha estado expuesta a una enfermedad –sea por infección o vacunación– y ha adquirido por ello cierta inmunidad, la resistencia de la comunidad protegerá a quienes no han estado expuestos.

Los expertos calculan que se necesitaría que entre 60 y 70% de la población –alrededor de 210 millones de personas en EUA– fuera inmune para alcanzar la inmunidad colectiva completa y detener la propagación de la enfermedad.

Pero el Dr. Ashish Jha, director del Instituto de Salud Global de Harvard, declaró a PBS NewsHour que la inmunidad colectiva es una “pésima estrategia” para controlar la COVID-19. Aunque mejorará el tratamiento de la enfermedad, la inmunidad colectiva significaría “la muerte de muchos, pero muchos cientos de miles de personas”, advirtió Jha. “Y muchos, muchos millones de personas gravemente enfermas.”


¿Los mosquitos y las garrapatas pueden trasmitir el virus?

No hay indicios ni datos que señalen que el nuevo coronavirus pueda ser trasmitido por mosquitos y garrapatas, de acuerdo tanto con los CDC como con la OMS. Aunque se cree que el SARS-CoV-19 se originó en algún animal, el virus se propaga básicamente mediante la trasmisión de persona a persona.


¿Con qué frecuencia debo lavarme las manos?

Lávese las manos inmediatamente después de sonarse la nariz, toser, estornudar, usar el baño o tocar superficies en espacios públicos. Lávese las manos antes de comer y de preparar los alimentos y antes de tocarse la cara. Si no está seguro de hacerlo correctamente, los CDC recomiendan lo siguiente:

  • Mójese las manos con agua corriente limpia
  • Frótese las manos con jabón: incluya al dorso de las manos, los espacios entre los dedos y bajo las uñas
  • Restriéguese las manos durante el tiempo que le lleve cantar dos veces “Feliz cumpleaños”
  • Enjuáguese las manos con agua corriente limpia y séqueselas con una toalla limpia o secadora de aire

¿En qué debo fijarme al comprar desinfectante de manos? ¿Y por qué algunos huelen mal?

El desinfectante de manos empezó a venderse en tiendas de Estados Unidos desde febrero. Muchas empresas –entre ellas más de 800 licorerías artesanales, de acuerdo con The New York Times– hicieron el cambio para satisfacer la demanda del mercado. En marzo, la FDA autorizó la producción temporal de desinfectante de manos durante la crisis de salud pública, en tanto las empresas siguieran ciertos lineamientos, como usar cantidades específicas de determinados ingredientes.

Al comprar desinfectante de manos, revise la etiqueta para cerciorarse que contenga al menos 60% de alcohol (a veces registrado como etanol, alcohol etílico o alcohol isopropílico). Los CDC advierten que los productos con menos alcohol pueden no dar buenos resultados o “simplemente reducir los gérmenes y no matarlos directamente”.

Evite productos que contengan metanol, una sustancia tóxica que puede causar irritación de la piel y envenenamiento. No siempre aparece como ingrediente, así que mejor consulte la lista de la FDA de productos que no deben usarse.

La FDA retiró del mercado más de 100 desinfectantes de manos con un contenido bajo de alcohol y productos que estaban o podían estar contaminados con metanol.

Muchos de los productos nuevos que pueden comprarse en línea hoy en día comparten una inesperada característica: apestan. Esto se debe a que usan etanol desnaturalizado, una forma de etanol más accesible y (desgraciadamente) sin filtrar, según explicó un fabricante de perfumes a Wirecutter. Sin embargo, el mal olor no significa que no sean efectivos.

Recuerde que el desinfectante de manos no reemplaza el lavado de manos. Úselo cuando no disponga de agua y jabón, por ejemplo, al salir de la tienda de abarrotes, y después prosiga con el lavado de manos apropiado.


¿Cómo se compara con la gripe?

El SARS-CoV-2, el virus que causa la COVID-19, pertenece a la misma familia de virus del resfriado común, no a la del de la influenza. Pero los síntomas pueden ser semejantes a los de la gripe, y la pandemia actual ha sido comparada con la de influenza de 1918, que mató hasta 50 millones de personas en todo el mundo.

La gripe, que se presenta cada año, enferma a muchas más personas en Estados Unidos que las que hasta hoy han enfermado de COVID-19. Sin embargo, los CDC consideran que el número de casos de coronavirus posiblemente sea 10 veces mayor que el de casos documentados. A diferencia de la gripe, no contamos con vacunas o medicamentos diseñados específicamente para prevenirla y tratarla. Los funcionarios de salud están exhortando a vacunarse para la próxima temporada de gripe a partir de septiembre u octubre, que es cuando suele empezar.

Este nuevo coronavirus parece tener una tasa de mortalidad más alta, según los datos actuales. Esa tasa se calcula dividiendo el número de personas muertas por COVID-19 entre el número total de personas enfermas. Pero dado que las pruebas están lejos de ser adecuadas, los funcionarios de salud pública, en especial en Estados Unidos, tienen problemas para averiguar exactamente cuántas personas tienen el virus.


Un trabajador médico habla con un conductor que espera su turno para hacerse la prueba de COVID-19 afuera del Hospital Comunitario Roseland en Chicago, Illinois. Foto de Joshua Lott/REUTERS

¿De qué tipo de pruebas se dispone?

Actualmente se dispone de dos tipos de prueba: diagnóstica y de anticuerpos.

Las pruebas diagnósticas, también llamadas moleculares o PCR, detectan si la persona está contagiada activamente con el virus que causa la COVID-19. Se toman muestras de mucosidad de la nariz o de la garganta. Dependiendo de las instalaciones para realizar las pruebas, los resultados pueden tardar varios días, ya que en su mayoría hay que enviar las muestras al laboratorio para su análisis. Las moleculares se consideran las pruebas más confiables.

Las pruebas de antígenos son pruebas rápidas de diagnóstico que detectan el virus sin demora. Los resultados están disponibles en minutos, pero pueden no detectar todas las infecciones activas. Los resultados positivos son muy precisos, pero también hay mayor posibilidad de falsos negativos en comparación con otras pruebas. Su médico podría ordenarle un examen diagnóstico molecular si usted presenta síntomas de la enfermedad.

Las pruebas de anticuerpos, también llamadas serológicas, detectan si usted ha sido infectado con el virus previamente. Un examen de sangre puede confirmar si tiene anticuerpos del coronavirus, que generalmente se forman de una a tres semanas después de la infección. Los anticuerpos ayudan a combatir las infecciones pero no se sabe si los anticuerpos del coronavirus protegen contra un nuevo contagio, ni por cuánto tiempo. Una prueba negativa podría significar presencia de infección activa, por lo que debe consultar con su médico para que lo oriente.

Las pruebas de anticuerpos se realizan dentro de la campaña de vigilancia de la COVID-19 de los CDC. También pueden identificar posibles donantes de plasma de convalecientes.

Si bien la mayoría de las pruebas las administran profesionales de la salud, ya sea en un establecimiento médico o en un sitio designado para pruebas de coronavirus, cada vez se dispone de más pruebas diagnósticas caseras. Estas pruebas permiten recabar muestras (de saliva o mediante frotis de nariz o garganta) que después se envían a un laboratorio para su análisis. Aunque es muy alta la demanda de pruebas caseras, los problemas de precisión y costos podrían limitar su uso. Algunas empresas envían a trabajadores de salud a las casas para ayudar en la recabación de muestras.


¿Quién puede someterse a la prueba? ¿Cómo se logra?

No es tan fácil como solo llegar y pedir que le hagan la prueba. Depende de dónde viva, cuántas pruebas estén disponibles en su comunidad, qué tan enfermo esté y si tiene razones para creer que está infectado. Ya que actualmente no abundan las pruebas en todo Estados Unidos, se reservan para quienes presentan problemas respiratorios, las personas que hayan tenido contacto con casos confirmados de COVID-19 y proveedores de atención médica que cuiden pacientes con el virus.

Si tiene razones para sospechar que tiene COVID-19, los CDC recomiendan que llame a su médico, al centro comunitario de salud de su localidad o a un centro de atención de urgencias. Los proveedores le preguntarán sus síntomas y, si piensan que debe someterse a la prueba se lo harán saber, así como la forma y el lugar para hacérsela. Sin embargo, muchas personas han reportado que, aunque su médico las ha remitido al departamento de salud estatal o local para someterse a la prueba de COVID-19, no han podido hacérsela.


¿Tengo que pagar por la prueba?

Si tiene seguro médico, el costo de los exámenes de COVID-19 “médicamente necesarios” debe estar cubierto por completo, de acuerdo con la Ley Familias Primero de Respuesta al Coronavirus y la Ley de Ayuda, Alivio y Seguridad Económica por Coronavirus. Medicare reembolsa hasta $100 a la mayoría de las aseguradoras por algunos exámenes. En algunos casos se les puede cobrar a los pacientes por otros servicios realizados –como pruebas para descartar otras enfermedades– o por el monto que no cubre el seguro.

De no tener seguro médico, el costo del examen también podría estar cubierto por una cláusula federal de emergencia de Medicaid si vive en un estado que ya haya puesto en práctica esa política. Hay pruebas gratuitas en algunos sitios, en los que agencias del gobierno local absorben el costo.


¿Puede mi patrón exigirme un examen de COVID-19 para regresar a trabajar?

Sí, la ley permite a las empresas requerir a sus empleados someterse a examen para permitirles entrar al lugar de trabajo, aunque no tengan síntomas relacionados. También pueden preguntarles si tienen algún síntoma y tomarles la temperatura. Si usted tiene síntomas, podrían pedirle que se retire.


¿Qué es la prueba de grupo?

La prueba de grupo combina físicamente muestras de varias personas en una sola que después se analiza. Si el resultado es negativo, todas las muestras se consideran negativas. Si el resultado es positivo, todas las personas del grupo se someten a pruebas individuales para determinar quién tiene el virus.

Esta técnica permite una detección amplia, como en centros de trabajo y escuelas, y permite identificar personas presintomáticas o asintomáticas. Sin embargo, de acuerdo con la FDA, en la prueba de grupo el riesgo de falsos negativos es mayor que en las pruebas individuales. Funciona mejor cuando hay menos presuntos virus en una población en un momento dado.


¿Qué es el “distanciamiento social”?

En pocas palabras, significa mantener una separación de por lo menos 1.8 m (6 pies) de los demás al estar fuera de casa y limitar a lo absolutamente necesario los desplazamientos a lugares donde haya que interactuar con otras personas. En la medida de lo posible trabaje en casa y evite reuniones numerosas y lugares concurridos.

El gobierno estadounidense también recomienda que no haya reuniones de más de 10 personas. Y si está cerca de otras personas, mantenga la máxima distancia respecto de los demás, no olvide cubrirse la boca y la nariz al estornudar y toser, y no comparta bebidas ni alimentos. No hay riesgo en salir a pasear, ir al parque (si está abierto) y a la naturaleza si guarda su distancia con los demás. Y, por supuesto, siga lavándose las manos.


¿Cómo puedo reducir los riesgos al salir de casa?

Los CDC advierten que mientras más cerca interactúe con los demás, y mientras más larga sea esa interacción, mayor es el riesgo.

La mejor manera de prevenir contagios al estar fuera de casa es practicar la distancia social, tener buena higiene de manos y usar mascarilla en público.

Conforme se están reanudando las actividades, los CDC han publicado recomendaciones para determinar los riesgos, así como consejos de prevención.

  • Evite espacios cerrados en la medida de lo posible. Use las escaleras en lugar del elevador.
  • Evite tocar artículos de uso frecuente. Si tiene que hacerlo, lávese las manos o use desinfectante de manos después de tocarlos.
  • Al salir a cenar, vea si hay la opción de hacerlo al aire libre. Si no la hay, asegúrese de que las mesas tengan por lo menos 1.8 m (6 pies) de separación.
  • En el gimnasio no use artículos que no puedan limpiarse o desinfectarse después de usarse. Evite saludar chocando manos y codos.
    Aproveche la opción de recoger desde la banqueta en bibliotecas o tiendas.
  • En las comidas al aire libre, use la opción de un solo servicio y recuerde a los demás lavarse las manos antes y después de comer.

¿Puedo contraer el virus en exteriores? ¿Necesito seguir usando cubrebocas?

Sí, la trasmisión puede darse también en exteriores, aunque es menos probable que en interiores. Las gotitas respiratorias se dispersan mucho más rápidamente al aire libre. Además, hay más espacio. Si puede mantener al menos 6 pies (1.8 metros) de distancia respecto de los demás, estar al aire libre es relativamente seguro.

Sin embargo, recuerde que cada actividad tiene su propio nivel de riesgo. Por ejemplo, pasear al perro es menos riesgoso que comer en el patio al aire libre. Eso es porque mientras más cerca interactúe con los demás, y mientras más larga sea esa interacción, mayor el riesgo.

También debe de lavarse las manos antes y después de haber estado afuera. Si no puede mantener la distancia física respecto de las demás personas, debe usar cubrebocas. Por lo demás, en algunas ciudades, condados y estados se ha hecho obligatorio que los residentes usen cubrebocas en público.


¿Qué puede hacer si piensa que podría estar contagiado pero no tiene seguro médico?

Los profesionales de la atención médica afirman que cualquiera que tema haber contraído el nuevo coronavirus necesita buscar la atención apropiada. Si no tiene seguro médico puede ser difícil saber a dónde recurrir.

Muchos departamentos locales de salud han establecido líneas de ayuda para orientar a los pacientes en la mejor dirección. Los Centros de Control de Enfermedades también tienen una herramienta de “autorrevisión” en línea, que dirige a los pacientes hacia la mejor atención médica. En algunos estados también se están ofreciendo periodos especiales de inscripción en seguros médicos, e incluso se han levantado algunas restricciones para expandir temporalmente Medicaid. A nivel estatal hay asesores certificados que orientan en el proceso de elegir un plan en las bolsas de seguro médico.


¿Si ya tuve COVID-19 soy inmune? ¿Puedo volver a contagiarme?

Los CDC advierten que es demasiado pronto para saber si quienes se recuperan de COVID-19 pueden volver a contagiarse. La mayoría de la gente empieza a generar anticuerpos una a tres semanas después del contagio, pero tener anticuerpos no es garantía de inmunidad.

Debe seguir protegiéndose del virus a sí mismo y a los demás hasta que se tenga más información o se disponga de una vacuna efectiva.


¿Cuánto tiempo se necesita para recuperarse de COVID-19?

El tiempo de recuperación varía, pero la mayoría de las personas que se enferman ligeramente mejoran en dos a tres semanas. Los CDC advierten que en algunos pacientes que no se hospitalizan por COVID-19 pueden persistir la enfermedad y los síntomas, incluso en adultos jóvenes sin enfermedades crónicas.

Un número pequeño de personas con enfermedad ligera ha referido que los síntomas han persistido por más de 30 días. Algunas incluso han arrojado resultados negativos en las pruebas pese a tener síntomas de COVID-19. Pero los CDC señalan que hasta ahora esos reportes son anecdóticos.

LEER MÁS: La recuperación de COVID-19 puede tardar varias semanas, incluso en adultos jóvenes


¿Por cuánto tiempo se es contagioso con el coronavirus?

De acuerdo con los CDC, aún se desconoce el tiempo que el virus se mantiene contagioso. El periodo de incubación del SARS-CoV-2 es de dos a 14 días. Las personas se vuelven contagiosas uno a tres días antes de presentar síntomas. La mayoría de las personas con casos leves de COVID-19 tienen síntomas durante dos semanas. Siga las recomendaciones de su médico y los lineamientos de los CDC para saber cuándo podrá estar cerca de la gente después de haber tenido síntomas o de haber resultado positivo en pruebas de COVID-19, con o sin síntomas. Debe continuar con precauciones para limitar la propagación del virus después de haberse recuperado.


¿Cuándo puedo estar cerca de otras personas si tuve o pienso que tuve COVID-19?

Primero y ante todo, siga los consejos de su médico. Si ha tenido síntomas de COVID-19, los CDC explican que podrá estar con otras personas después de tres días sin fiebre, de mejorar los síntomas respiratorios, como tos y falta de aire, y de que hayan pasado 10 días desde el inicio de los síntomas. Si no tiene síntomas pero resultó positivo en el examen, podrá estar con otras personas 10 días después del examen. Si le hacen otra prueba para ver si todavía tiene COVID-19, podrá estar con otras personas después de haber tenido resultados negativos en dos pruebas sucesivas, realizadas con al menos 24 horas de separación.


¿Cuándo empezó la COVID-19 y de dónde vino?

Los primeros casos conocidos se originaron en un mercado de aves y mariscos de Wuhan, China, a fines de 2019. A mediados de marzo explotó oficialmente como pandemia. La OMS afirma que lo más probable es que el virus se haya originado en murciélagos, pero hay científicos que piensan que el virus pasó a los humanos desde otra especie.

LEER MÁS: ¿Por qué la incertidumbre sobre el coronavirus genera oportunidades de desinformación?


Un veterinario examina a un gato en Manhattan, el 31 de marzo de 2020. Foto de REUTERS/Caitlin Ochs

¿Los animales domésticos pueden contraer COVID-19 o propagar el virus?

Un pequeño número de animales, entre ellos gatos y perros, han resultado positivos en Estados Unidos, generalmente por haber tenido contacto estrecho con alguien que tenía el virus. De acuerdo con los CDC, el riesgo de que los animales propaguen el virus es bajo. No hay evidencias que la gente pueda contraer el coronavirus de la piel o del pelaje de los animales domésticos.

Dado que existe un pequeño riesgo de que las personas enfermas propaguen el virus a los animales, los dueños de mascotas deben limitar la interacción de sus animales con gente fuera de su hogar. Haga que los gatos estén dentro de la casa siempre que sea posible. Mantenga a los perros a por lo menos 1.8 m (6 pies) de los otros cuando salgan. Evite actividades sin correa, como ir a parques para perros y a lugares donde no sea posible guardar la distancia social.

Las autoridades recomiendan que las personas que tengan COVID-19 eviten el contacto con sus animales lo más posible y que usen mascarilla al atenderlos.

Si su mascota se enferma o tiene contacto con alguien que tenga COVID-19, llame a su veterinario para pedirle orientación.


¿Puede contraerse el virus por tocar superficies?

Es posible contraer COVID-19 por tocar una superficie u objeto que tenga el virus y después tocarse la boca, la nariz o los ojos. Sin embargo, el virus se propaga básicamente de persona a persona, a través de gotitas respiratorias.

Puede reducir el riesgo lavándose las manos a menudo con jabón y agua caliente durante al menos 20 segundos, especialmente después de haber tocado un objeto que otra persona hubiera tocado o manejado. Si no puede lavarse las manos, aplíquese un desinfectante que contenga por lo menos 60% de alcohol y lávese las manos tan pronto como pueda. Debe limpiar y desinfectar periódicamente los objetos que toque con frecuencia, como teléfonos celulares, llaves, perillas de puerta, etcétera.


¿Cuánto tiempo dura el virus en las superficies?

El virus que causa la COVID-19 puede detectarse en superficies por días, según un estudio publicado en The New England Journal of Medicine. Sin embargo, mientras más tiempo esté en la superficie, menor su cantidad. Los investigadores no saben cuánto virus se requiere para que una persona se enferme. En cartón, el virus puede durar hasta 24 horas. En cobre, hasta 4 horas. Y en plástico y acero inoxidable puede durar hasta 72 horas.


¿Es posible enfermarse por alimentos, comida para llevar o empaques?

Los CDC aseguran que el riesgo es probablemente muy bajo. Dado que el virus puede perdurar en las superficies, es importante lavarse las manos antes de preparar alimentos y comer. No hay evidencias de que la COVID-19 pueda trasmitirse a través de los alimentos.


¿Cuál es la mejor forma de limpiar y desinfectar superficies?

Limpie periódicamente con agua y jabón las superficies y los objetos tocados con frecuencia para eliminar físicamente gérmenes, suciedad e impurezas. Siga con un desinfectante aprobado por la FDA que mate virus –entre ellos el SARS-CoV-2–, así como bacterias, hongos y parásitos. Lea la etiqueta del producto y siga las instrucciones. Muchos desinfectantes requieren aplicarse durante cierto tiempo para ser efectivos. No mezcle sustancias químicas.

Protéjase la piel usando guantes reutilizables o desechables. Revise que haya ventilación adecuada en caso de que las sustancias que vaya a usar produzcan olores fuertes. El blanqueador, por ejemplo, huele más fuerte después de haberse aplicado en las superficies debido a una reacción química. De ser posible abra puertas y ventanas y encienda un ventilador. Guarde los productos con cuidado, fuera del alcance de los niños y mascotas.

La ropa debe lavarse a la temperatura más alta apropiada para la tela o el material. Use guantes al manejar la ropa de una persona enferma. Puede lavar la ropa de esa persona con la de otras. Use limpiadores caseros apropiados para los artículos que no puedan lavarse, como alfombras y tapetes.

Siga las recomendaciones del fabricante al limpiar y desinfectar productos electrónicos. Si no dispone de orientación, use toallitas húmedas o rociadores que tengan por lo menos 70% de alcohol.


¿Cuánto tiempo dura el virus en la ropa? ¿Debo cambiarme de ropa después de haber estado cerca de otras personas?

No sabemos cuánto tiempo permanece contagioso el virus en la ropa, pero muchos expertos señalan un estudio publicado en marzo en The New England Journal of Medicine. El virus fue detectable durante días en las superficies menos absorbentes, como plástico y papel. En fibras de cartón, que absorben la humedad al igual que las telas, el virus duró hasta 24 horas.

Para la mayoría de la gente que practica la distancia social y lleva cubrebocas cuando no puede mantenerla, no es necesario que se cambie de ropa o se duche después de haber salido. Sin embargo, siempre debe practicar la buena higiene de manos.

De acuerdo a un artículo publicado en The New York Times, “debido a la aerodinámica, es poco probable que se depositen en las telas” las partículas virales suspendidas en el aire. Si las hubiera, por naturaleza física las empuja y alejaría conforme usted se moviera.

Debe cambiarse de ropa y tomar una ducha cuando:

  • Haya tenido contacto cercano con alguien de afuera de su casa que no llevara mascarilla, especialmente si le tosió o estornudó encima.
  • Haya visitado un lugar muy concurrido en el que la gente no llevara cubrebocas.
  • Haya visitado lugares donde hubiera enfermos.

Los CDC afirman que las ropas pueden lavarse de acuerdo con las instrucciones de la etiqueta para desinfectarlas. Use agua lo más caliente posible y seque la ropa en el ajuste más caliente. No sacuda la ropa sucia y use guantes desechables al manejar ropa de una persona enferma. Su ropa puede lavarse con la de las demás personas.


¿Qué es el rastreo de contactos y cómo puede ayudar a manejar la COVID-19?

El rastreo de contactos es el proceso de seguir los vestigios de la propagación de una enfermedad, mediante la entrevista de pacientes o con tecnología para averiguar quién más pudo haberse expuesto. Esta técnica puede ayudar a frenar la propagación de COVID-19, salvar vidas, e incluso prevenir oleadas futuras del virus.

El proceso es sencillo pero demanda mucho tiempo. Primero, los trabajadores se comunican con gente con casos recién confirmados de COVID-19 para identificar a todos aquellos con quienes tuvieron contacto mientras que estaban enfermos. Después, los trabajadores se dirigen a esas personas para decirles que pueden haber estado expuestas –guardando la privacidad del paciente– y que necesitan ponerse en cuarentena. También les explican cómo llevar debidamente la cuarentena, cómo proteger a sus familias, cómo comprar víveres y medicamentos, pagar sus cuentas y hasta encontrar ayuda en caso de maltrato doméstico.

Esta técnica se ha usado mucho en brotes anteriores de enfermedades en otras partes, pero actualmente Estados Unidos carece de una infraestructura de rastreo de alcance nacional. Los gobiernos estatales de todo el país están contratando a miles de personas para rastrear la propagación del virus y ayudar a ponerlo bajo control. Los datos recabados también ayudan a los investigadores a determinar qué métodos de mitigación funcionan.


¿Cómo funcionan las aplicaciones de rastreo de contactos?

También pueden ayudar las herramientas digitales para rastrear los desplazamientos de la gente, como las que se usan en Singapur, Israel, Corea del Sur y en algunos estados de EUA. Cuando el usuario descarga y habilita la aplicación de rastreo de contactos, su dispositivo móvil rastrea su ubicación y busca las señales Bluetooth de otros usuarios en las cercanías. Si alguien refiere un diagnóstico positivo en la aplicación, los usuarios que hayan tenido contacto reciente con esa persona reciben una alerta.

En mayo, Google y Apple emitieron conjuntamente una solución de notificación de exposición con tecnología Bluetooth en los dispositivos móviles, que las autoridades de salud pública pueden usar en las aplicaciones de rastreo de contacto que están creando. Sin embargo, los expertos en seguridad están inquietos por la privacidad del usuario.


La gente trata de guardar la distancia social mientras disfruta de una cálida tarde en el parque Domino en Brooklyn, Nueva York, 16 de mayo de 2020. REUTERS/Eduardo Munoz

¿Cuándo se volverá a abrir o se normalizarán las cosas en Estados Unidos?

En abril el gobierno estadounidense emitió lineamientos para estados, personas y empresas con el fin de relajar la distancia social con la que se maneja el coronavirus en las zonas donde la COVID-19 está declinando. Desde entonces, la mayoría de los estados ha empezado a reabrirse en diferente medida. Unos pocos –California, Oregon y Tennessee– apenas han empezado a reabrirse por regiones.

Ya que la decisión de reabrir se toma en los niveles estatal y local, puede propiciarse confusión. Lea las noticias en los medios de su localidad y consulte los sitios Web de los gobiernos locales y estatales para ver las restricciones vigentes y los acontecimientos más recientes.

No se sabe cuánto tiempo va a durar la pandemia. Sin vacuna a la vista, es de esperarse que el virus siga propagándose. Los efectos económicos de la pandemia, como la recesión y el desempleo sin precedentes, se seguirán sintiendo durante años en Estados Unidos.


¿Qué son los “equipos de cuarentena” o “burbujas” sociales? ¿Son seguras?

Algunas personas y familias están ampliando cautelosamente su círculo social más allá de su hogar inmediato con la organización de “burbujas” o “equipos de cuarentena” con personas que han decidido considerar seguras. Los CDC recomiendan el distanciamiento social respecto de gente fuera del hogar, pero la soledad y el aislamiento pueden empeorar la salud mental y física. Las burbujas de cuarentena ayudan a aliviar esos posibles riesgos al tiempo que mejoran la calidad de vida.

Al formar el equipo de cuarentena, los miembros analizan las interacciones que han tenido con gente fuera de su hogar, cómo socializarán entre sí y establecen reglas para interactuar con gente fuera de su círculo. La comunicación continua y abierta es clave para mantener seguros a todos.

LEER MÁS: Las burbujas de cuarentena correctas limitan los riesgos de contagio por coronavirus y ayudan a combatir la soledad.


¿Habrá una segunda oleada de contagios? ¿Ya la estamos viviendo?

Hasta el 15 de junio, los casos de coronavirus en más de 20 estados estaban al alza, si bien a nivel nacional los casos nuevos referidos diariamente se han mantenido estables desde hace semanas. El desplazamiento de los puntos álgidos del virus, desde las principales ciudades costeras hacia otros lugares del país, es parte de la primera ola en Estados Unidos.

Las pandemias se han caracterizado por olas de actividad repartidas en varios meses y es posible tener un segundo pico dentro de la misma ola. La OMS señala que eso fue lo que sucedió con la pandemia de influenza de 1918.

Muchos expertos en salud esperan una segunda oleada de casos en el otoño, aunque eso no es inevitable. Algunos virus se propagan más en los meses fríos del invierno, como el de la influenza, pero el SARS-CoV-19 no ha existido el tiempo suficiente para que los investigadores determinen si la temperatura afecta su propagación. Sin embargo, en otoño e invierno, en general la gente pasa más tiempo bajo techo, donde puede ser más difícil guardar la distancia social y hay menos ventilación.


¿Es prudente regresar a trabajar?

En tanto haya propagación comunitaria del virus existe el riesgo de exponerse y contagiarse al interactuar con otras personas. Los CDC y la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA) han emitido lineamientos para que las empresas prevengan y frenen la propagación de la COVID-19 en los centros de trabajo. Reduzca riesgos: guarde la distancia social en la medida de lo posible y use mascarilla en público.

Consulte los lineamientos en el departamento de salud del estado o de su localidad y considere sus circunstancias individuales para tomar una decisión fundamentada. ¿Está usted o alguien con quien viva en gran riesgo de enfermarse de gravedad? Si tiene niños en casa, ¿puede conseguirles servicios de guardería?

Si no conoce las políticas de su empresa respecto de la COVID-19, estas son algunas preguntas que le convendría plantear. ¿Cómo se hace cumplir el distanciamiento social? ¿Cuál es la política de permisos por enfermedad si usted o un familiar se enferman? ¿Se han establecido medidas de detección, como revisión de temperatura o pruebas? ¿Cuánta gente estará trabajando al mismo tiempo? ¿Cuál es el procedimiento si alguien se enferma?

Si la empresa en que trabaja no sigue los lineamientos de seguridad o salud, puede presentar una queja confidencial ante OSHA.


¿Cómo planean reabrir las escuelas? ¿Qué precauciones están tomando?

La situación es complicada. Algunas escuelas han pospuesto la fecha de inicio mientras que otras han adoptado una estrategia de esperar y ver. Los estados han dicho que planean reabrir para que haya clases presenciales. Otros van a ofrecer una combinación de enseñanza presencial y virtual, mientras que otros más se han comprometido a iniciar clases únicamente en línea para el otoño.

Las recomendaciones de los CDC para mantener a salvo a estudiantes, profesores y personal consisten en cerrar las áreas comunes, como cafeterías y campos de juego, y colocar los mesabancos con por lo menos 1.8 m (6 pies) de distancia. Cuando sea posible, los estudiantes se dividirán en grupos pequeños que estarán juntos lo más posible y no se van a mezclar. Las escuelas deben de incrementar la circulación del aire, de ser posible manteniendo abiertas puertas y ventanas. Los estudiantes no deben compartir artículos difíciles de limpiar o desinfectar.

Reabrir las escuelas es una cuestión tanto de salud pública como de política. Si bien el gobierno de Trump está presionando para que los estados reabran las escuelas, los gobiernos estatales y locales deben de tomar en cuenta el grado de propagación comunitaria, que varía considerablemente en todo el país. Los niños parecen correr menos riesgos de enfermarse, pero sí pueden transmitirle el virus a otros, como a sus profesores y familiares.

Consulte con la escuela o el distrito escolar de su hijo para conocer los planes de reapertura y las estrategias que estén siguiendo para reducir la propagación del virus.

LEER MÁS: ¿Cómo deben de reabrir las escuelas? Los pediatras ofrecen estos lineamientos.


¿Es seguro viajar?

Viajar incrementa las posibilidades de contraer y propagar COVID-19. Los CDC advierten que quedarse en casa es la mejor forma de protegerse a sí mismo y a los demás para no enfermarse. Si decide viajar, considere lo siguiente:

  • ¿Se está propagando la COVID-19 en su comunidad, a lo largo de su camino y en su destino?
  • ¿Usted o las personas con las que viajará o a las que visitará tienen probabilidades de enfermar de gravedad si se contagian?
  • ¿Es posible el distanciamiento social mientras viaje, durante su estancia y después?
  • ¿Qué tipo de transporte utilizará? ¿Requerirá mantener 1.8 m (6 pies) de distancia de otras personas? ¿Necesitará hacer paradas en el camino, donde podría estar en contacto con personas y superficies?
  • ¿Hay restricciones de viaje entre su hogar y su destino? ¿Cualquiera de esos lugares requiere que se confine durante 14 días después del viaje? ¿Viajará al extranjero? Consulte aquí las noticias más recientes de los CDC sobre salud durante viajes.

Si está enfermo, no viaje. Y recuerde que personas sin síntomas pueden propagar el virus.

Si viaja, protéjase a sí mismo y a los demás con las medidas de higiene, usando mascarilla en público y guardando el distanciamiento social. Lleve consigo desinfectante de manos a base de alcohol, mascarillas y alimentos y agua para el viaje por si los restaurantes del camino están cerrados. Empaque artículos para limpiar y desinfectar superficies en los hoteles.


¿Qué riesgos implica volar durante la pandemia?

Los CDC advierten que todos los viajes incrementan el riesgo de contraer o propagar COVID-19, pero los viajes aéreos pueden no ser tan peligrosos como se piensa. Los sistemas de ventilación de la aeronave que ya existían y las nuevas políticas ayudan a reducir los riesgos. Además, hay algunas cosas sencillas que puede hacer para que volar sea más seguro.

De acuerdo con los CDC, “la mayoría de los virus y otros gérmenes no se difunden fácilmente en los vuelos debido a la forma en que circula y se filtra el aire en los aeroplanos”. Eso se debe a que el sistema de ventilación del avión toma el aire del exterior y lo filtra continuamente para eliminar contaminantes del aire de la cabina. Sin embargo, este sistema, no protege contra las partículas grandes de virus que se depositan en los objetos. Los CDC ahora recomiendan que el sistema se deje encendido mientras limpian el avión entre un vuelo y otro.

También se han emitido nuevas reglas de limpieza que deben seguir las aerolíneas cuando se identifica a un pasajero sintomático durante el vuelo o inmediatamente después.

Debido a que no es posible guardar la distancia social en las líneas de revisión, en las terminales del aeropuerto o en el avión, los viajeros deben llevar mascarilla en todo momento. Muchas aerolíneas ahora las requieren en pasajeros de más de dos años.

Si decide viajar durante la pandemia, puede reducir los riesgos mediante lo siguiente:

  • Elija vuelos más cortos en vez de largos siempre que sea posible.
  • Use mascarilla en todo momento y nunca permita que se le baje de la nariz o la barbilla.
  • Evite tocarse los ojos, la nariz y la boca.
  • Lávese las manos antes y después del vuelo, así como después de usar el baño.
  • Lleve consigo desinfectante de manos y úselo después de tocar objetos de uso frecuente.
  • Permanezca sentado/a y evite andar durante el vuelo.
  • Encienda el ventilador arriba de su asiento para mejorar la circulación del aire.

¿Es seguro nadar en piscinas, utilizar jacuzzis y sumergirse en cuerpos naturales de agua? ¿Qué se sabe de parques acuáticos y chapoteaderos?

Los CDC aseguran que no hay evidencias de que la gente pueda contagiarse de coronavirus en aguas recreativas. Además, las aguas tratadas con cloro o bromo matan al SARS-CoV-2, el virus que causa la COVID-19. Sin embargo, cuando hay propagación comunitaria del virus deben tomarse precauciones para limitar su difusión, lo cual aplica también para piscinas públicas y playas.

Si visita una instalación o lugar público de natación:

  • Manténgase por lo menos a 1.8 metros (6 pies) de distancia de los demás, incluso en el agua, y evite áreas con multitudes.
  • Use cubrebocas cuando no esté en el agua. (Usarlo en el agua puede ser peligroso.)
  • Lávese las manos o desinféctelas con frecuencia, especialmente después de haber usado los sanitarios y antes de comer.
  • Evite compartir artículos –como alimentos, enfriadores, bloqueador solar y juguetes– con personas con las que no viva.

¿Cuándo debo ir a la sala de urgencias durante la pandemia?

Si usted o un familiar presenta síntomas de padecimientos graves o que pongan en peligro la vida –como dolor de pecho, dificultad para respirar o traumatismo o lesiones graves– vayan de inmediato a la sala de urgencias o llamen al 911. O si no, comuníquense con su médico de atención primaria o un proveedor de servicios de urgencias para determinar opciones de tratamiento.

Los CDC han señalado que algunas personas posponen la atención de urgencia no relacionada con la COVID-19, dado que las consultas de urgencias se redujeron en 42% durante el mes de abril. En casos graves, eso puede causar complicaciones o incluso la muerte.


¿Cuándo debo ir al médico durante la pandemia?

Si está enfermo, quédese en casa y comuníquese con su proveedor de servicios médicos, ya sea en línea o por teléfono, para que lo oriente. Si no está experimentando una emergencia médica, no vaya a la clínica sin hablar antes con su proveedor.

Para servicios que no sean de urgencia, revisiones y tratamientos en curso, comuníquese con su médico de atención primaria o con su especialista para que ellos evalúen la mejor forma de tratarlo. Si no tiene médico de atención primaria, comuníquese con un proveedor de servicios de urgencia de su localidad para que lo oriente.

Su médico puede optar por darle tratamiento en forma remota –esto se llama telemedicina–, sea cara a cara en videoconferencia, por teléfono o por correo electrónico. Para aprovechar al máximo la conversación, prepárese para resumirle su problema a la enfermera y haga una lista de sus síntomas y de sus preguntas.

Aún así, las consultas presenciales podrían ser necesarias para algunas personas y para ciertos padecimientos, como inyecciones contra alergias y diálisis. Si su médico quiere que acuda al consultorio, protéjase y proteja a los demás siguiendo sus instrucciones, usando cubrebocas y guardando la distancia social.


¿Debo llevar a mi hijo al médico para revisiones o vacunas de rutina?

Comuníquese con el pediatra de su hijo para pedirle orientación. La Academia Estadounidense de Pediatría asegura que las revisiones rutinarias de niños y bebés, así como los exámenes físicos completos, el trabajo de laboratorio, los exámenes de oído y vista, y los tratamientos con flúor y vacunas, deben seguir haciéndose en persona. Cuando no es necesario el tratamiento presencial, la Academia recomienda la telemedicina.

Los CDC aseguran que durante la pandemia se han administrado menos vacunas a niños. Pero aplazar la vacunación aumenta el riesgo de que haya brotes de las enfermedades que se previenen con vacunas, como meningitis y sarampión. Si su hijo ha perdido de una vacuna o revisión, la AAP recomienda que programe una cita.


¿Es prudente ir al dentista? ¿Cuándo debo ir?

Aunque el coronavirus se transmite básicamente por el contacto cercano entre personas, a través de gotitas respiratorias que se desplazan por el aire, los CDC señalan que por el momento “no se cuenta con datos para evaluar los riesgos de transmisión de SARS-CoV-2 durante la práctica odontológica”.

Los dentistas están acostumbrados a pensar en el control de infecciones. La Asociación Dental Estadounidense emitió recomendaciones adicionales para limitar la propagación del virus. La limpieza puede tardar más tiempo porque el dentista podría usar herramientas de mano en lugar de escarificación ultrasónica, que produce aerosoles. También podría utilizar dispositivos adicionales de succión o barreras bucales de goma.

Si usted experimenta una urgencia dental –sangrado descontrolado, dolor o hinchazón de la boca, o un diente roto– debe llamar al dentista para planear el tratamiento.

Muchos dentistas han reanudado las limpiezas y otras consultas de rutina después de haber puesto en pausa los tratamientos que no fueran de urgencia al principio de la pandemia. Comuníquese con su consultorio dental para averiguar si está recibiendo pacientes y si debe hacer una cita.

¿Qué debe hacer si siente miedo, ansiedad o depresión?

Aunque esté aislado, busque formas de mantenerse conectado con otros. Aproveche la tecnología, si cuenta con ella, para comunicarse con la gente en quien usted confíe y que pueda apreciar los altibajos del ser humano en estas circunstancias.

Aténgase a su rutina diaria lo más posible: tome una ducha, vístase y siga un horario general.

También debe hacer ejercicio, comer alimentos sanos y dormir regularmente, como insta la OMS, al invitar a la gente a “poner atención a sus propias necesidades y sentimientos” en estos tiempos de tanto estrés.

Consumir cantidades interminables de noticias sobre COVID-19 puede intensificar su ansiedad. Establezca horarios durante el día para ponerse al tanto de los acontecimientos; ponga atención a las noticias y la información de fuentes de confianza que lo ayuden a prepararse y mantenerse a salvo.


¿Cómo puedo ayudar a los demás?

Contra lo que podría pensarse, la mejor forma de ayudar en estos momentos a los demás, y a la sociedad en general, es aislándose, quedarse en casa lo más posible (aunque los estados y las ciudades tomen medidas para abrir la vida pública y el comercio) y evitar la propagación involuntaria del virus. Estará ayudando a todos, particularmente a quienes están en los grupos de alto riesgo y a los trabajadores de la salud.

–Contribución adicional de Isabella Isaacs-Thomas, Erica R. Hendry, Gretchen Frazee y Dorothy Hastings